BUENOS AIRES, ARGENTINA. Los cánticos y saltos se extendieron hacia la noche del 23 de abril frente a la Casa Rosada. "La UBA se defiende", "¿Por qué tanto miedo de educar al pueblo?", "Milei, basura, vos sos la dictadura", "¡La patria no se vende!", repetían grupos de personas frente a las vallas instaladas para impedir el paso hacia la casa de gobierno de la Argentina.
Les manifestantes agitaban banderas y pegaban cartulinas frente a la mirada vigilante de filas de elementos de la policía apostados frente a elles, del otro lado del muro metálico.
La energía de esos grupos de manifestantes parecía no agotarse luego de horas de protesta en las calles de la ciudad. Habían sido parte de una de las marchas más multitudinarias en los últimos años en el país y la de mayor convocatoria en lo que va del gobierno de Javier Milei.
Salieron a defender la educación pública universitaria y conformaron, junto a miles más, una marea inédita de al menos 800 mil personas.
Le dijeron a Milei y a los suyos que ahí estaba y estarán para defender la educación universitaria pública y gratuita.
Sistema universitario en riesgo
Fue a inicios de abril de este año cuando empezaron a sonar más fuerte las alarmas sobre los riesgos que corría la educación universitaria pública en la Argentina si el gobierno de Milei mantenía la prórroga del presupuesto destinado a las universidades.
Dicha prórroga no contempla la inflación interanual, equivalente a poco más del 270 por ciento, por lo que, en la práctica, el presupuesto a las universidades se vio reducido en un 70 por ciento, de acuerdo con la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ), citada por elDiarioAR.
Ya el 5 de abril, Emiliano Yacobitti, vicerrector de la Universidad de Buenos Aires (UBA) —la que mayor prestigio tiene en el país y una de las más importantes en América Latina— apuntó que la situación podría llegar al límite y que gran parte de la universidad iba a "cerrar el segundo cuatrimestre" si la postura de Milei no cambiaba.
Milei ha cargado contra la educación pública en distintos momentos; como candidato a la presidencia de Argentina propuso eliminar la obligatoriedad en el sistema educativo (primaria y secundaria), por ejemplo, y en marzo pasado dijo durante su participación en el IEFA Latam Forum, un encuentro de empresarios del sector energético, que la educación pública "ha hecho muchísimo daño lavando el cerebro de la gente", ahí enfiló sus críticas particularmente contra la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA.
La tensión siguió aumentando y días después, el 10 de abril, el Consejo Superior de la UBA declaró emergencia presupuestaria y acordó adherirse a la Marcha Nacional Federal Universitaria convocada para el 23 de abril.
"En las condiciones actuales se encuentra seriamente afectada la posibilidad de mantener toda actividad tendiente a garantizar la calidad educativa, la continuidad de la investigación, de la extensión y la función asistencial", señaló la UBA.
El llamado para la marcha fue impulsado por el Frente Sindical de Universidades Nacionales, la Federación Universitaria Argentina (FUA) y el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN). Gradualmente otros sectores sociales (organizaciones sindicales y colectivos) respaldaron la convocatoria.
Las acciones rumbo a la marcha incluyeron veladas, clases abiertas y jornadas culturales. Las manifestaciones universitarias se replicaron en otras provincias del país el mismo día 23. El riesgo es para todo el sistema universitario. La respuesta no podía ser menor.
Intentos de silenciar la disidencia
Como reacción a la convocatoria de la marcha, el oficialismo aseguró que había intereses políticos ajenos a les estudiantes impulsando la convocatoria.
Además, mantuvo la tensión respecto a la seguridad de la movilización. Se temía que hubiera represión, como ocurrió en las manifestaciones contra la llamada Ley Ómnibus, que en enero buscaba desregular la economía del país.
Cabe recordar que, tras asumir el gobierno en diciembre de 2023, el libertario Milei empezó a promover distintas medidas que derivaron en miles de despidos de personal de distintas instituciones públicas, el licuado de salarios y jubilaciones, entre otros recortes que también han afectado a miles de personas que hoy denuncian, además, una crisis alimentaria.
Previendo las protestas en respuesta a las nuevas medidas, el gobierno mileísta instauró desde su arranque una ley antipiquetes para inhibir cierres y bloqueos viales y ha echado mano del despliegue de la Policía Federal, la Gendarmería y la Prefectura ante diferentes protestas, que han sido pacíficas.
Pero el gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, CABA, es el encargado de la seguridad en la ciudad y formalizó la autorización de la movilización, por ello, el operativo de la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, ante la marcha universitaria solo fue desplegado en torno a inmuebles del gobierno federal, como la Casa Rosada, con vallas metálicas y policías.
Lejos de estar "saldado"
La noche previa a la movilización por la educación universitaria pública, Milei lanzó un mensaje grabado en cadena nacional. En él aseguró que sus medidas económicas, el gradual desmantelamiento del Estado, estaban teniendo resultados positivos y que gracias a los recortes presupuestarios y otras acciones de su gobierno se había logrado un superávit financiero. Habló de una "hazaña mundial" y cargó contra gobiernos anteriores.
También dijo que se concretó un depósito de actualización del presupuesto operativo para las universidades, por lo que el tema universitario estaba "saldado".
Esa postura de tener "saldado" el tema universitario se mantuvo también entre su equipo cercano y en la Casa Rosada. Pese a la multitudinaria movilización optaron por decir que no iba a cambiar nada y que había otros intereses de los opositores a su gobierno de por medio.
Pero la lucha por la educación universitaria pública no es nueva. En diferentes episodios y ante distintos líderes políticos del país, les estudiantes se han manifestado por defender su derecho a la educación. Un derecho que no se había visto tan amenazado en la era democrática de la Argentina, iniciada en 1983 tras la dictadura.
"Sin universidad no hay futuro"
Bloques de jóvenes estudiantes, batucadas, jubilades, trabajadores sindicales, familias y bloques muy heterogéneos colmaron las zonas cercanas al Congreso de la Nación y la Plaza de Mayo, punto de inicio y cierre de la movilización. Colocaron pegatinas, cartulinas, esténciles, cantaron, gritaron, "Defendamos la educación", "La educación es del pueblo, se defiende", "Sin ciencia no hay Conan" (Los cinco perros de Milei son todos clones de su perro Conan que murió en 2017), "Sin universidad no hay futuro", "Ganemos las calles para no perder las aulas".
Los mensajes se multiplicaron. Los gritos también. Entre la multitud, ocurría distintas escenas. Un padre contó a su hije que lo que observaba era la manera en que se lucha para que tenga más oportunidades en su futuro. El nene apuntó con el dedo a los contingentes que pasaban frente a elle, emocionade.
En otra, sobre la Avenida 9 de Julio, un grupo de amigues saltó y prendió bengalas de luces azules y rojas e hicieron sonar fuerte los tambores.
Otra más: un grupo de veteranas se encontró sobre Callao. Al mirarse sonrieron y sacaron de sus bolsos unos libros. "Mira, me pareció más que prudente traer la Constitución", "Yo traje este, uno de los libros que leí al iniciar la universidad".
Otra: una persona se asomó al balcón y empezó a hacer sonar unas ollas para animar a quienes marchaban. En respuesta, les jóvenes empezaron a aplaudir confirmando un diálogo de sonidos.
"Che, somos un montón, ya no podemos avanzar más. Se me va el aire, pero qué bueno, que vean que aquí estamos", dijo una persona mayor al intentar caminar hacia el Cabildo.
Las calles de una de las zonas más emblemáticas de Buenos Aires se volvieron el escenario de un momento simbólico, otro más, en la lucha del pueblo argentino.
"La educación nos hace libres"
Si hay algo que une a diferentes sectores sociales es la defensa de la educación pública. No fueron pocas las cartulinas que dieron cuenta de que la movilidad social en el país ha sido posible gracias a este derecho: "Gracias a la UBA hoy tengo un trabajo de calidad", "Yo fui la primera de mi familia en ir a la universidad, no quiero ser la última".
No fueron pocas las voces de líderes sociales que cerraron filas para apoyar a les estudiantes. En el mitin de cierre de la movilización, en la Plaza de Mayo, estuvieron dirigentes sindicales, académiques, madres de la Plaza, entre otres. Resumieron lo que ha pasado en estos primeros cuatro meses del gobierno de Milei, hablaron de los retrocesos, los problemas, pero llamaron a mantener la lucha, a sumar las causas.
"Yo también estudié en una universidad pública", dijeron varies, y sonaron los gritos de respaldo.
"La educación nos salva y nos hace libres. Convocamos a la sociedad argentina a defenderla", pronunció desde el templete Piera Fernández De Piccoli, presidenta de la Federación Universitaria Argentina (FUA).
La noche previa a la marcha universitaria, Milei dijo en su mensaje triunfalista que "la era del Estado presente se ha terminado". Claro que no lo dijo por eso, pero al ver la multitud que salió a defender la educación se puede decir que sí, la Argentina se perfila a otra era, y mucho resonará en las calles: "Viva la universidad, carajo".
Lizbeth Hernández es periodista y fotógrafa independiente mexicana. Cubre movimientos sociales, derechos humanos, feminismos, temas lgbti+, migración, mujeres y defensa del territorio en México y otros países de América Latina. Ha colaborado en medios como The Washington Post en Español, El País, Aj+ en Español, NACLA Report, Alharaca, Presentes, Wambra, Animal Político, Contracorriente,Volcánicas, entre otros.
