Eligiendo al Nuevo Alcalde de Lima en Medio de Escándalo y la Reforma de Transporte

Cómo los ataques de la prensa de derecha, un escándalo de falsificación, y la insatisfacción de los usuarios de transporte decidirán elección de la alcaldía de Lima

October 2, 2014

El presente artículo es la segunda de tres entregas dedicadas a analizar las próximas elecciones municipales en Lima. Lea la versión en inglés de este artículo aquí.

Transporte Público en la Avenida Abancay. (Pierre Pouliquin / Creative Commons)

Con la llegada de las elecciones del 5 de octubre del año en curso, la política en Lima ha continuado siendo contenciosa, con la titular alcaldesa Susana Villarán intentando reforzar la viabilidad de su candidatura y el ex-alcalde Luis Castañeda (2003-2010) buscando proyectar un aura de inevitabilidad sobre su victoria anticipada. Una encuesta del 19 de septiembre calcula que Susana recibirá 10% de los votos, en comparación a 59% favoreciendo a Castañeda. Algunas encuestas inclusive sitúan a Villarán en el tercer lugar, detrás de Salvador Heresi del partido Perú Patria Segura. Sin embargo, una encuesta del RBC Televisión predice que Villarán ganará las elecciones con 39% del voto y que Castañeda recibirá 25%.

A principios de septiembre parecía que el escándalo en el cual Castañeda había falsificado su historial educativo arruinaría su candidatura, con el Jurado Especial de Lima Centro (JEE) descalificándole. Sin embargo, como muchos anticiparon, Castañeda apeló exitosamente el resultado y regresó a la campaña. Irónicamente, inmediatamente después de este evento, Villarán recibió acusaciones similares relacionadas a su historial educativo. No obstante, el JEE falló a su favor. Adicionalmente, alegaciones de irregularidades con respecto a fondos metropolitanos emergieron y siguen siendo un problema para Villarán. Inclusive antes de que estos escándalos paralelos emergiesen no estaba del todo claro que Villarán saldría beneficiada de la retirada de Castañeda dado que muchos votantes se describen tanto como anti-Villarán como pro-Castañeda.

¿Qué explica la lucha continua de Villarán para capturar a su base de electores a pesar de las equivocaciones de Castañeda? En nuestro artículo anterior, exploramos dichos temas con respecto a la visión progresista de Villarán al inicio de su gestión, sus intentos de reducir la informalidad en la ciudad, su aceptación de las alianzas público-privadas y una campaña agresiva de los medios, organizada por las fuerzas de Castañeda para desacreditar y destruir la administración de Villarán. Con las elecciones cada vez más cerca resulta pertinente considerar factores adicionales de largo plazo relacionados a la estrategia de movilización de Villarán y también eventos recientes que han disminuido aún más sus posibilidades de reelección.

Al principio de su administración, Susana Villarán articuló un compromiso hacia la participación amplia e inclusiva en el espíritu del Alcalde Alfonso Barrantes (1984-1986) y la Izquierda Unida (IU). Sin embargo, su liderazgo comprendido entre 2011-2014 no estableció ningún mecanismo de partido capaz de inaugurar tal proyecto.

Por ejemplo, Villarán inicialmente planeó tener un compromiso amplio con la comunidad, particularmente con las voces de mujeres, minorías, mayores de edad y discapacitados. Las fuerzas agresivas anti-Villarán, quienes recibían apoyo de Luis Castañeda, provocaron momentáneamente un incremento en la movilización de los simpatizantes de Villarán, pero esa movilización buscaba la sobrevivencia de la administración y no la construcción de un proyecto participativo que fuese duradero. Por ende, su ímpetu para organizar a la ciudad disminuyó después de que salió victoriosa de la revocatoria. Por tal motivo, en lo que va de década la alcaldesa no creó una estructura de participativa como la que ayudó a crear en la década de 1980 a través del famoso “Vaso de Leche”.

Exacerbado por los ataques incesantes de los medios de la derecha entre 2011-2014 vemos la falta de apoyo de grupos marginalizados hacia Villarán, especialmente los sectores “D” y “E” en los que Castañeda cuenta con índices de apoyo de 66% y 77% respectivamente según una encuesta del 22 de setiembre publicada por Datum. Castañeda, en comparación, es menos popular entre los sectores más afluentes (sector “A”) con una base de apoyo de 45%. Un conjunto de agencias gubernamentales y ONGs enfocados en programas culturales para construir comunidad y ciudadanía forman parte de un segmento de la base de Villarán que ha permanecido constante en su apoyo hacia la alcaldesa, y que a su vez ha permanecido temeroso de que resulte ganador Castañeda. Los costos moderados de dichas iniciativas, combinado con el compromiso inmutable de Villarán de mantener ese aspecto del gobierno metropolitano, ha creado al menos un área en donde Villarán mantuvo sus promesas de campaña y el apoyo de sus simpatizantes.

Últimamente Villarán ha lidiado con el descontento de la población limeña sobre su implementación del proyecto de tránsito, el Corredor Azul. El proyecto eliminó la situación en que varias compañías independientes de transporte competían de manera caótica y peligrosa para pasajeros de un mismo eje. Villarán lo sustituyó con una sola línea de autobús operado por una compañía privada a través de una concesión del gobierno metropolitano. Sin embargo, algunos se han quejado de que la implementación ha sido difícil a causa de falta de autobuses, largas filas y caminatas para llegar al paradero. En una entrevista con Pablo Vega Centeno, Director del Centro de Investigación de La Arquitectura y La Ciudad en la Pontificia Universidad Católica de Perú, éste transmite la misma preocupación, notando que las reformas de Villarán no se han enfocado suficientemente en proveer transporte para poblaciones marginalizadas. Villarán ha descartado las quejas, acertando que la reforma será imparable, pero Castañeda ha intentado capitalizar en la insatisfacción, descartando la reforma de Villarán y proponiendo un monorriel para la ciudad.

A medida que los candidatos entran en los días finales de la campaña, su atención se enfoca completamente en los resultados que se darán el domingo. Sin embargo es posible que haya más en juego, en términos del futuro de la izquierda ya enflaquecida en Lima. A pesar de que Villarán enfrentó obstáculos punitivos, que a lo mejor imposibilitaron el logro de su agenda, un fracaso electoral este fin de semana podría tener impacto en la capacidad de los progresistas de Lima en retener o expandir los avances modestos que la ciudad ha visto en los últimos cuatro años.

 

Julia Smith es una becaria Fulbright y estudiante en el Instituto Tecnológico Autónomo de México. Paul Dosh es profesor y investigador de ciencias políticas en Macalester College. Los autores agradecen a Ximena Rodríguez Medina por su ayuda con el trabajo de campo e investigación en biblioteca, y gracias a Eduardo Dargent y César Flores Unzaga para los comentarios sobre los primeros borradores.

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