La inacción del gobierno ante feminicidios

En México se registran 10.5 mujeres asesinadas cada día. Qué está haciendo el gobierno al respecto?

March 3, 2020

Una manifestación en Febrero 2019 en la Ciudad de México (Foto por Madeleine Wattenbarger)

El domingo 9 de febrero, un sujeto que las autoridades en México identificaron como Francisco "N ", de 46 años de edad asesinó brutalmente a Ingrid Escamilla de 25 años en la Ciudad de México. El Sistema Penal Acusatorio mexicano impide a medios difundir el rostro y nombre completo de los detenidos por delitos.  Varios funcionarios en la Fiscalía General de Justicia  de la Ciudad de México filtraron las fotografías del delito, que posteriormente fueron difundidas a los diarios de nota roja.

Decenas de mujeres convocaron días después a una manifestación afuera del Palacio Nacional, en donde el presidente Andrés Manuel López Obrador ofrece sus conferencias matutinas. Las mujeres exigieron a las autoridades de la Ciudad de México y al Presidente sancionar a los responsables por la filtración de las fotografías del cadáver de Ingrid y prevenir los feminicidios. 

Un día después de las protestas se dio a conocer otro feminicidio de la niña Fátima Cecilia de 7 años en la Ciudad de México. Sin embargo, el discurso de los gobiernos locales y federales respecto al alza en la cifra de feminicidios es criticado por mujeres feministas y familiares de mujeres asesinadas por ser insuficiente y omiso ante la grave crisis de violencia que se vive en el país. 

“Los gobiernos van y vienen y no entran al fondo del problema. Por eso ha crecido la cifra en los últimos 10 años. (...) La s políticas de prevención y las alertas de género fracasaron en todos los gobiernos, porque  sus políticas sólo eran folletos y campañas, pero no políticas integrales”, dice María de la Luz Estrada, Coordinadora del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF).

En México se registran 10.5 mujeres asesinadas cada día y en 2019 se registraron 3,825 asesinatos contra mujeres, de los cuales 1,006 son investigados como feminicidios en comparación con la cifra de 2015 cuando se investigaron 425 feminicidios.

La antropóloga feminista Marcela Lagarde fue la primera en usar el término feminicidio en México como una traducción de la palabra en inglés, femicide. Diana Russell definió el término en 1967 como el asesinato de una mujer o niña solo por ser de ese género y perpetrado por un hombre. En español no existía la palabra hasta que Lagarde lo usó para entender la violencia de género que enfrentaban las mujeres en Juárez, con casos de feminicidio que escandalizaron al mundo.  

“El tema de las mujeres, de entrada, no fue nunca una prioridad para el gobierno,” dice María de la Luz Estrada . Dice que en el Plan de Desarrollo Nacional[MP3]  se propone moralizar a la ciudadanía bajo el pretexto de reparar el tejido social.

“Te das cuenta desde el inicio del sexenio si tú miras los recortes a los programas para mujeres en el presupuesto”, analiza.

Estrada recuerda que “no hay que inventar nada” para frenar la violencia feminicida en México y que únicamente se deben implementar las políticas públicas que ya existen y sancionar a los funcionarios que incumplan con ellas.

Omisiones del gobierno

El presidente López Obrador dijo en su conferencia matutina sobre el caso de Fátima, que los homicidios -sin siquiera decir la palabra feminicidio- se deben al grado de descomposición social por el modelo neoliberal. En esa misma conferencia, el mandatario pidió a las manifestantes feministas que no pintaran las puertas del Palacio Nacional, luego de que decenas de mujeres escribieron con aerosol en las paredes del recinto el mensaje “México feminicida”.  

López Obrador también respondió a la pregunta de qué hacía para frenar el alza de la violencia contra las mujeres diciendo que él “trabajaba todos los días” para combatir la violencia en general. Posteriormente dio un decálogo moral en el que nuevamente no mencionaba la palabra feminicidio y hablaba de la violencia contra hombres y mujeres.

El decálogo de López Obrador incluía en algunos puntos que agredir a una mujer era "una cobardía" sin mencionar que es un delito. Dijo también que "se tiene que respetar a las mujeres” como si se tratara de un sermón religioso.

Sin embargo, horas después de la presentación del decálogo, las mujeres convocaron a otra protesta afuera de las oficinas del periódico La Prensa en la capital del país, por publicar en su portada las fotografías filtradas del cadáver de Ingrid.

Las manifestantes feministas se encontraron con una valla de policías mujeres quienes lanzaron gas de extintor que provocó malestar a las periodistas y a asistentes. Al otro día, la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, negó que las policías tuvieran ese equipo, pese a las decenas de videos de periodistas que muestran el uso de gas para dispersar la manifestación.

El 24 de febrero los cuerpos de dos mujeres asesinadas también fueron hallados en Ecatepec, Estado de México a 45 minutos de la Ciudad de México. Ecatepec está considerado junto con Toluca y Nezahualcóyotl, uno de los municipios más peligrosos por feminicidios y desapariciones de mujeres. Ahí, como en 11 municipios más del Estado de México, se declaró desde 2015 la Alerta contra la Violencia de Género.   Al otro día el gobernador estatal, Alfredo del Mazo, se presentó a un evento público para dar tarjetas a mujeres como pago por el trabajo de hogar que realizan bajo el nombre de “salario rosa”. Como se acostumbra en su partido político -el mismo al que pertenece el expresidente Enrique Peña Nieto- se difundieron fotografías institucionales de Alfredo del Mazo felicitando a mujeres para mejorar su imagen. En Twitter también se posicionaron dos hashtags sobre su labor con las mujeres mexiquenes: #GobernadorDeLasMujeres, y #MujeresFuertesSalarioRosa, pero del Mazo no habló sobre los feminicidios en uno de los municipios más violentos para las mujeres.  

Una manifestación en Febrero 2019 en la Ciudad de México (Foto por Madeleine Wattenbarger)

Valores morales

"El gobierno mexicano no tiene que inventarse el hilo negro ni construir nuevos mecanismos. Hay un marco normativo muy robusto en México con más de seis instrumentos jurídicos", dice Aimée Vega, coordinadora del Programa de Investigación Feminista del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (CEIICH) de la UNAM, que menciona e la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, publicada desde 2007.

En la ley se establece para las instituciones una ruta clara de mecanismos que garantizan la atención, prevención, sanción y erradicación, no sólo de la violencia feminicida, sino de otros tipos de violencia contra las mujeres.

Aimée Vega advierte que, de no actuar de inmediato, el efecto de la inacción se verá en el incremento de las cifras de feminicidio en el país porque son evitables si el Estado activara los mecanismos establecidos. Acusa también de omisión al poder judicial y al legislativo, el cual después del feminicidio de Ingrid, aprobó una ley para aumentar de 60 a 65 años los años de sanciones a feminicidas. "Lo que decimos es que el punitivismo no va a resolver nada, se requiere un cambio integral en la estructura del Estado y a eso le teme el gobierno, a la depuración desde adentro", dice Aimée.

Respecto al énfasis de los valores morales que hace el presidente de México, la antropóloga feminista, Marcela Lagarde, y artífice del término “feminicidio” dijo en una conferencia magistral el 19 de febrero, que la desigualdad de género es estructural y que lo moral es un tema que se contempla después.   

“Entonces por favor no vengan a decirnos, ni siquiera de mañana, ni siquiera muy tempranito, que vamos a cambiar la moral y que vamos a hacer buenas costumbres. Es al revés: primero hagamos buenas costumbres y de ahí se desprenderá, ya no una moral o una ética para vivir conforme a la libertad, sino conforme a la igualdad y al desarrollo de cada quien”, respondió Lagarde al mensaje que emitió López Obrador en su conferencia diaria matutina.

Movilizaciones feministas

Andrés Manuel López Obrador también ha reiterado que detrás de las movilizaciones feministas hay “mano negra” o una agenda oculta por parte de la oposición. La mayoría de las protestas en la Ciudad de México y en el Estado de México han sido por parte de colectivos feministas que exigen justicia por feminicidios y sanciones por el acoso que se vive en las universidades y escuelas.

Rumbo al 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, en México las mujeres se organizan para una protesta multitudinaria en diferentes entidades del país y por primera vez, planean un paro nacional al siguiente día. 

El estar aludiendo a que las mujeres están contra del Estado o contra el gobierno, parece que es evidencia de una visión muy limitada, opina Aimée Vega.

Una de las periodistas más críticas de los gobiernos anteriores, Carmen Aristegui, dijo en su programa de radio el 21 de febrero que las manifestaciones feministas, (específicamente el paro de mujeres convocado para el 9 de marzo), no son un golpe al gobierno o una acción orquestada desde la derecha y que, entenderlo así, es equivocarse.

María de la Luz Estrada, responde a la acusación que hace el presidente al recordar que el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio sí reclamó a los gobiernos anteriores, cuya omisión agravó la crisis de los feminicidios en México.

“El problema del feminicidio no es de hoy. No surgió ayer ni ahorita, pero si teníamos expectativas de que fuéramos escuchadas,” dice María de la Luz Estrada “Lo que no podemos permitirle a este gobierno, que es uno de transformación, es que nos haya dejado fuera a las mujeres. No podemos ir en retroceso.”

Una manifestación en Febrero 2019 en la Ciudad de México (Foto por Madeleine Wattenbarger)

Mujeres en los medios

Las mujeres periodistas también han increpado al Presidente, como lo hizo Frida Guerrero de frente en la conferencia matutina y varias reporteras exigen cada vez más, mejores estándares en la calidad de información de los medios en los que trabajan. Desde el 2019 las reporteras nos cuestionamos ¿cómo podemos informar si nos acosan o nos agreden en nuestros lugares de trabajo? Tan solo el 23 de febrero la periodista Nancy Flores denunció que un influyente locutor de radio, Oscar Mario Beteta, la llamó "vieja pendeja" cuando ella quería entrevistarlo sobre una investigación de la cercana relación de ese conductor con el ex presidente Enrique Peña Nieto.

Y no sólo eso, varias mujeres periodistas afirmamos que a nuestros “colegas” editores y fotógrafos con los que trabajamos no les importa publicar la fotografía de las mujeres asesinadas, ni aunque fuera nuestra, con tal de tener la exclusiva. Algunas fotógrafas mexicanas también reflexionaron sobre su papel y el poco valor periodístico que representa una fotografía morbosa que justifica su publicación con la vieja idea de que solo así la ciudadanía va a conocer un problema que las mujeres tenemos presente diario, con o sin portada sangrienta.

"La función social de la labor que realizamos no es mostrar la realidad vacía y sin postura, sino más bien denunciar a un sistema omiso, deficiente y capitalista que lucra con naturalizar la violencia y la explotación", escribió la fotoperiodista Greta Rico en Pie de Página a raíz del caso de las fotografías de Ingrid.

Después del feminicidio de Ingrid, las usuarias en Internet también retomaron una iniciativa viral de alimentar el newsfeed con fotografías hermosas de paisajes, mascotas, flores e ilustraciones con el hashtag #IngridEscamilla para que, al buscar su nombre, la belleza resaltara y no el horror colectivo.

Y las mujeres que desde finales de 2019 y a inicios de 2020 protestan en las escuelas contra la impunidad, la violencia y el acoso, han pedido a los medios con justa razón que mejoren sus coberturas, que tengan empatía, que no se enfoquen en los graffittis y en los destrozos que hacen durante las protestas solo por el morbo, sino que expliquen todos los procedimientos de denuncia en los que fueron ignoradas hasta el punto que esta parece ser la única forma en la que todos escuchan.

En 2019 también surgió la Periodistas Unidas Mexicanas (PUM), una organización que junto con otras mujeres periodistas buscan terminar con el machismo en las redacciones y, con esperanza, el sexismo en las coberturas periodísticas. Más mujeres tomando video, más mujeres en las calles buscando historias, menos revictimización en la que caen los medios al documentar un feminicidio que solo repiten el discurso más antiguo contra las mujeres, que todo lo malo que nos pasa lo buscamos, lo provocamos o de cualquier forma es nuestra culpa o de nuestras madres.


Copublicado con Latin America News Dispatch.


Estefanía Camacho Jiménez es periodista del Estado de México radicada en la Ciudad de México, egresada de la Escuela de Periodismo Carlos Septién García. Ha publicado en medios como SinEmbargo.mx, Vice en Español, revista Cambio, Grupo Expansión, Yahoo! en Español y Gatopardo. Se dedica a contar historias con perspectiva de género y periodismo de soluciones. Participante en el conversatorio en 2019 sobre los movimientos de mujeres jóvenes en la Jornada Spotlight de la ONU y la Unión Europea para visibilizar y frenar la violencia feminicida en México.

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