Ecuador acude a las urnas el domingo 9 de febrero con una concurrida lista de 16 candidatos. El actual presidente de la nación, Daniel Noboa, es hijo del magnate bananero más rico del país y cinco veces candidato presidencial fallido, Álvaro Noboa. Desde el final del gobierno de la Marea Rosa de Rafael Correa (2007-2017), Ecuador ha tenido tres presidentes conservadores promotores del neoliberalismo, al que la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE), la organización indígena más fuerte de América Latina, se ha opuesto sistemáticamente. En las próximas elecciones, el movimiento político Pachakutik, brazo político-electoral de la CONAIE, presenta a Leonidas Iza como alternativa a la oligarquía dominante, proponiendo una unificación de los sectores marginados que representan a los ecuatorianos de las ciudades y del campo.
Presidente de la CONAIE desde 2021, Iza es un líder kichwa del pueblo Panzaleo de la provincia centroandina de Cotopaxi. Se hizo conocido durante los paros nacionales protagonizados por el movimiento indígena y sectores populares en 2019 y 2022, poniendo de rodillas a los gobiernos neoliberales de Lenín Moreno y Guillermo Lasso. Reuniendo a diversos sectores sociales, incluyendo feministas, ecologistas, sindicatos estudiantiles, comunidades LGBTQ+ y artistas, la CONAIE, liderada por Iza, apoyó el histórico referéndum nacional contra la extracción de petróleo en el Parque Nacional Yasuní y la minería en la región del Chocó Andino, en una campaña sin precedentes contra el extractivismo corporativo en agosto de 2023. Noboa parece estar retrocediendo en estos compromisos, en nombre de la “seguridad nacional” bajo su designación de “conflicto armado interno”.
En un debate presidencial realizado el 19 de enero, Iza prometió renegociar la deuda pública, abordar la seguridad con un plan integral en 90 días, sacralizar los servicios públicos, fomentar la producción nacional y liberar al Ecuador de la minería metálica. Terminó su intervención agradeciendo a la ciudadanía ecuatoriana, con unas palabras irónicas para Noboa: “Gracias, chau, chau”, despidiéndose así de años de austeridad, desregulación e inseguridad que se han profundizado bajo la administración de Noboa.
Hablé con Iza el mes pasado sobre su análisis político y sus propuestas. Esta entrevista ha sido editada para mayor claridad y extensión.
Malvika Gupta: A medida que Ecuador se acerca a las elecciones generales, ha sido declarado uno de los países más violentos del mundo, un “narco” o incluso “Estado fallido”. ¿Cuál es su análisis?
Leonidas Iza: En Ecuador ha surgido una nueva clase social, la narco-burguesía, que opera en el contexto de un narco-capitalismo cada vez más poderoso. La cocaína genera más beneficios para ciertas élites que el banano o cualquier otro negocio de los llamados legales. La narco-burguesía lo sabe y vincula a los grupos criminales locales y regionales a la industria de la droga. Se trata de una industria excepcionalmente violenta, que forma parte de una compleja red mundial que genera beneficios entre los países y dentro de ellos. La tendencia es culpar al eslabón más débil de esta cadena -la gente empobrecida que vive en condiciones miserables- en lugar de a quienes orquestan el comercio y el baño de sangre. A estas alturas, la industria de la droga puede considerarse una política de Estado no declarada. Gran parte de la economía privada de Ecuador está invertida en drogas. El Estado no sólo está “infiltrado” por los narcotraficantes. Llevan varios años entrando por la puerta grande, en diálogo con los responsables políticos.
MG: Viendo el trato indigno del Vicepresidente, el papel de las fuerzas armadas en el asesinato de los “Cuatro de Guayaquil”—la captura de cuatro niños afroecuatorianos por los militares en diciembre de 2024, que resultó en su muerte—y la no implementación del referéndum del Yasuní, el estatus democrático del país ha quedado en entredicho. ¿Se está convirtiendo en una dictadura?
LI: El liberalismo se ha convertido en su peor enemigo. Ha desgastado sus cimientos. Los países que ejemplifican este pensamiento burgués han sido testigos de drásticas reducciones en sus presupuestos de bienestar; esto no sólo ha ocurrido en Ecuador. Nuestro mundo se enfrenta a una peligrosa deriva hacia el neofascismo, fenómeno que denominamos “radicalización del discurso de la derecha” en nuestro libro Sinchi. El levantamiento popular plurinacional de junio de 2022 en Ecuador [por Leonidas Iza, Andrés Tapia y Andrés Madrid]. Trump, Meloni, el ascenso de la AFD en Alemania, Bukele... expresan una época en la que se puede sacar provecho del recurso a medidas excepcionales.
El capitalismo se presenta como lo que realmente es: brutal. Noboa es hijo de su padre, quien nadando en su mar de dólares, arrogancia y estatus, sabe que más allá de ser Presidente de la República, es poderoso. En el fondo, siempre es una dictadura de las élites empresariales. La única diferencia es que, debido al contexto general de la crisis moderna, esto se está haciendo más evidente y, en algún momento, podría incluso llegar a ser formal.
MG: Es un error común creer que Pachakutik (PK) es un partido étnico y que sólo representa al sector indígena. Por favor, díganos cuáles son sus principios fundamentales y a quién representa.
LI: Formalmente, PK es el brazo político de la CONAIE, y es el único partido nacido de las demandas centrales de los pueblos, nacionalidades y sectores populares indígenas de Ecuador. A pesar de ser un partido de izquierda, PK fue tomado recientemente por otras tendencias/ideologías dentro del movimiento indígena que actuaron para apaciguar y hacer tratos con quienes estaban en el poder. Hemos estado trabajando para corregir y sanar esto.
PK no es un partido “étnico” en un sentido etnocéntrico. Nació de la lucha del movimiento indígena, pero pretende incorporar tanto una visión cultural, espiritual, como una perspectiva de clase en la vida material. Nuestro reconocimiento como clases debe implicar siempre un punto de vista anticolonial.
MG: Dos grandes temas que distinguen a Pachakutik de Revolución Ciudadana (RC), el actor más influyente de la izquierda institucional progresista, son: la protección de los territorios frente al extractivismo y el sistema de educación intercultural bilingüe. Estas corresponden a reivindicaciones históricas de la CONAIE, territorio y cultura. ¿Cuáles serían sus condiciones para crear una alianza de la izquierda con RC, si surgiera esta necesidad tras la primera vuelta electoral?
LI: No existe el capitalismo extremo ni el capitalismo humano. La naturaleza del capitalismo es la misma. Debemos cuestionar el proyecto civilizatorio en su conjunto, que en el caso de los países periféricos adquiere rasgos coloniales y extractivistas.
Rechazamos fundamentalmente las políticas de extracción minera y petrolera a gran escala. No somos ni seremos nunca esclavos en nuestra propia tierra, por más “progresista” o diferente que sea el modelo de extracción de plusvalía de Correa. Nos distinguimos del correísmo en el tema de la extracción de recursos, y es una diferencia irreconciliable. Ellos quieren que las empresas financien el “desarrollo” del país extrayendo riquezas de los territorios de los pueblos y nacionalidades indígenas. Una vez más, los pueblos indígenas tenemos que perder la batalla de defender la vida y el territorio para que el país (que en realidad significa las élites del país) acaparen y acumulen más. Se equivocan; no cederemos ni un milímetro en la lucha contra la minería. Aumentaremos el gasto social mediante la redistribución de la riqueza y el cobro de impuestos a quienes evaden impuestos, no mediante la distribución social de las rentas extractivistas. La educación intercultural bilingüe no sólo debe ser protegida para nosotros los indígenas, sino ampliada a toda la sociedad.
MG: Desde el punto de vista político, parece llamativa la ausencia de políticas plurinacionales, interculturales y de Derechos de la Naturaleza en las campañas de los otros candidatos presidenciales, a pesar de estar incluidas en la Constitución de 2008. En qué consiste su propuesta de Poder Popular Plurinacional?
LI: El Poder Popular Plurinacional (PPP) se remonta a la base conceptual del Proyecto Político de la CONAIE en 1994, al primer levantamiento indígena, del cual yo mismo soy hijo. Como se afirma en él, “el Poder de los Pueblos y Nacionalidades Indígenas, Afroecuatorianos e Hispanoecuatorianos, se basará en la sólida alianza y unidad de los Pueblos Indígenas, campesinos, obreros [industriales] y demás trabajadores del campo y la ciudad, y en la relación armónica entre las Nacionalidades”.
El Poder Popular Plurinacional es una crítica y transformación práctica y radical de las estructuras de poder existentes, que pretende ir a la raíz de los problemas para implementar una sociedad más justa. Los levantamientos de octubre de 2019 y junio de 2022 ilustran las posibilidades de los subalternos de liderar nuestro país y de acabar con la violencia estructural existente.
Nuestro movimiento es repetidamente tergiversado como violento por la misma clase de gente que mantiene la violencia estructural. Para los ricos, denunciar la miseria es violencia. Tener hambre es ser violento. Querer estudiar, ir al médico, comer bien, no tener problemas de salud mental; alzar la voz contra los feminicidios, es violencia. Para los ricos, el PPP es violencia. Ya se preguntan si lo nuestro es un lanzamiento de campaña o una huelga nacional, una declaración de programa de gobierno o terrorismo. La única opción que tenemos es: ¿sociedad plurinacional, intercultural, centrada en la comunidad y estado plurinacional o barbarie? Para nosotros, el PPP representa desde hace mucho tiempo la posibilidad de dirigir nuestro futuro; no es una cuestión nueva.
MG: ¿Cuál es su visión de la economía ecuatoriana? Históricamente dependía de la exportación de productos primarios como el plátano, el cacao y el petróleo. ¿Cómo intentará su gobierno diversificar la matriz económica?
LI: Podemos resumir el problema fundamental de nuestro país como una crisis creada por la élite gobernante que tratan de desplazar sobre la clase trabajadora, especialmente la que se encuentra en situación de pobreza, las nacionalidades, afros, montubios, cholos y mestizos. Actualmente, existe una relación directa entre la pérdida de calidad de vida, la deserción escolar, el aumento de muertes, violencia y desempleo por un lado, y la narcoeconomía que se ha apoderado de todo. Esto ha implicado el desmantelamiento de la educación pública, los sistemas de salud y las instituciones, mientras que la economía ha sido invadida por el narcotráfico. Esta crisis ha dañado nuestra identidad nacional. Se ha desarrollado en el contexto de una guerra interimperialista, en la que participan Estados Unidos y sus aliados. Como otros países de América Latina y del sur global, Ecuador es actualmente un país altamente dependiente. La deuda pública creció un 151 por ciento de 2013 a 2020, y ha aumentado aún más desde entonces, siguiendo los dictados del FMI.
Entre las medidas tomadas por los gobiernos de Moreno (2017-2021), Lasso (2021-2023) y Noboa (2023-presente) están: eliminar los subsidios a los combustibles, aumentar el IVA - un impuesto regresivo que reduce los ingresos reales y el poder adquisitivo de las clases trabajadoras, dejando a los ricos sin afectación; y una mal llamada 'Ley Humanitaria', que promueve la 'flexibilización laboral' que en realidad reduce la seguridad laboral al facilitar los despidos intempestivos y disminuir el tipo de indemnización que exige el Código de Trabajo. Se estima que la pobreza ha aumentado a un nivel en el que el 26 por ciento de la población del país vive en la pobreza, hasta un 43,8 por ciento para la población rural, en enero de 2024. Transformar nuestra sociedad implicará modificar los patrones de acumulación, un profundo cambio histórico.
MG: ¿Cómo posicionará a su gobierno en medio del resurgimiento de la izquierda en la región y el ascenso de la derecha dura a nivel mundial?LI: Trabajaremos con todos los gobiernos que respeten la autodeterminación de los pueblos del Ecuador; que busquen trascender el proyecto civilizatorio moderno-capitalista. Creemos en la unión de fuerzas entre la izquierda latinoamericana y las organizaciones populares, y aspiramos a transferir fuerza a la clase trabajadora, en lugar de mantener el poder en el Estado. Las Repúblicas de toda América Latina necesitan transformar los patrones colectivos de violencia estructural. La región latinoamericana debe repensarse seriamente a partir de la crítica a las estructuras que han sostenido sus repúblicas: el clasismo, el racismo y el colonialismo. No somos peones en el juego de las potencias mundiales. Somos antiimperialistas y no compartimos la política exterior estadounidense, especialmente en su periodo de fascismo.
Globalmente, vivimos un momento en el que los humanos deben definirse como especie. O salimos del marasmo, o nos hundimos en una espiral de muerte. La pugna por los mercados nos está conduciendo hacia una posible conflagración mundial. Si hace décadas la idea de una tercera guerra mundial parecía una extraña especulación, ahora es casi una tenebrosa posibilidad. El avance del fascismo ahora, al igual que en la Alemania de los años 1920-30, es preocupante. Trump expresa una narrativa ilusoriamente seductora de la extrema derecha. Lo peligroso es que las masas están siendo seducidas por estas historias, como ocurrió hace un siglo. La izquierda y la clase obrera deben despertar, abandonar el keynesianismo centrista y buscar una verdadera identidad política, en abierta oposición a las narrativas construidas por las élites.
La disputa entre los países imperialistas occidentales liderados por EEUU y los países capitalistas emergentes liderados por China expresa un momento de cambio en la hegemonía que ha gobernado el mundo durante más de un siglo. Es un momento que los pueblos del mundo deben reflexionar por sí mismos. Palestina es una causa que abrazamos, es un símbolo de lo que es justo, frente al imperialismo que está haciendo miserables tantas vidas.
Malvika Gupta es doctoranda en el Departamento de Desarrollo Internacional de la Universidad de Oxford e investiga el proyecto de política plurinacional de la CONAIE en Ecuador.