Somos Pluri: La diversidad de los movimientos feministas del Abya Yala

Una red feminista continental ratificó su compromiso al plurinacionalismo. ¿Que viene ahora en la lucha de mujeres y las personas, trans, travesti y no binaries a lo largo del hemisferio?

September 17, 2024

El 34º Encuentro Nacional de Mujeres en La Plata, Argentina, 2019. (Romina Green Rioja)


Este artículo fue publicado en inglés en la edición de otoño de 2024 de nuestra revista trimestral NACLA Report.


El 34º Encuentro Nacional de Mujeres realizado en La Plata, Argentina, en octubre de 2019 fue un acontecimiento histórico por múltiples razones. Para empezar, reunió a 200.000 feministas, disidentes sexuales y activistas de movimientos sociales de Argentina y de toda Abya Yala (las Américas). Fue un hito tanto en términos de tamaño como de participación internacional.

Durante los primeros años de los Encuentros, que comenzaron en 1986, el número promedio de participantes estuvo alrededor de las 1.000 personas. La asistencia creció en la década del noventa y, con las protestas del 2001 conocidas como el Argentinazo, la participación saltó a un estimado de entre 10.000 y 15.000 participantes, llevando en 2005 al lanzamiento de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito.

En la década de 2010, la asistencia a los encuentros  osciló entre 30.000 y 70.000 personas pero, en 2019, la participación aumentó vertiginosamente. La cantidad de asistentes demostró el éxito del movimiento feminista argentino, desde las manifestaciones del #NiUnaMenos contra los feminicidios hasta la Marea Verde por el derecho al aborto. El debate central del Encuentro fue si cambiar su nombre a Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Trans, Travestis, Bisexuales, Intersexuales y Personas No Binarias. Quienes se oponían argumentaron que “mujeres” era suficientemente inclusivo, mientras que activistas anti-racistas y disidentes sexuales impulsaron la campaña #SomosPluri, resaltando una historia de exclusiones.

Luego de más de una década de debates sobre el plurinacionalismo dentro del Encuentro, Feministas del Abya Yala, una red feminista transnacional, se convirtió en la principal impulsora de la campaña para el cambio de nombre. Durante el Encuentro de 2019, organizaron una gran asamblea en la Plaza San Martín de La Plata donde participaron oradoras internacionales de los feminismos y los movimientos sociales. Esta intervención resultó esencial, ya que varias de sus oradoras, incluyendo a la líder de la comunidad Maya K’iche’ Lolita Chávez Ixcaquic y a la activista travesti argentina Alma Fernández, lideraron luego momentos del acto de clausura del Encuentro cuando el cambio de nombre fue aprobado por aclamación.

El impulso del Encuentro y la importancia política de Feministas del Abya Yala se vieron interrumpidos debido al estallido de la pandemia de Covid-19 apenas unos meses después de la reunión de 2019. Para evaluar cómo está la situación desde entonces, entrevistamos a tres organizadoras centrales que han continuado su trabajo durante la pandemia y frente a gobiernos represivos en sus respectivos países.

Claudia Korol, quien participó en la organización de la asamblea de 2019, es una educadora popular de Argentina, escritora feminista e integrante de Pañuelos en Rebeldía y de Feministas del Abya Yala. Adriana Guzmán Arroyo, es una feminista Aymara y activista lesbiana que forma parte de Feminismo Comuni­tario Antipatriarcal en Bolivia y de Feministas del Abya Yala. Y Lolita Chávez Ixcaquic es una líder Maya K’iche’ de Iximulew (Guatemala), vocera del Consejo de Pueblos K’iche’s por la Defensa de la Vida, Madre Naturaleza, Tierra y Territorio (CPK), e integrante de Feministas del Abya Yala. En junio, luego de vivir siete años en el exilio a raíz de amenazas y criminalización, Chávez retornó a su comunidad, acompañada por Korol, Guzmán y otras integrantes de Feministas del Abya Yala.

Conversamos con Korol, Guzmán y Chávez el 9 de julio de 2024 vía Zoom. En esta entrevista, ellas dialogaron sobre las experiencias políticas y debates que llevaron a su participación en Feministas del Abya Yala, el rol de los Encuentros en esa trayectoria, y los desafíos que quedan aún por delante. La conversación se desarrolló en español y fue editada para ajustar extensión y la claridad.

Izquierda: Lolita Chávez | Derecha: “Una cholita se para en la piedra, pega un grito de lucha y tiembla toda la tierra.” (Cooperativa Gráfica la Voz de la Mujer)


Nayla Luz Vacarezza: Claudia, nos gustaría que nos cuentes sobre la Asamblea de Feministas del Abya Yala. ¿Qué es y cómo surgió el espacio?

Claudia Korol: Es una iniciativa que lleva desarrollándose anualmente alrededor de 15 años de distintos modos en el marco de los Encuentros en Argentina. Antes se llamaban Encuentros Nacionales de Mujeres y ahora son Encuentros Plurinacionales de Mujeres, Lesbianas, Travestis, Trans, Bisexuales y No Binaries. Se cambió el nombre y la modalidad del encuentro político porque se asume la diversidad de pueblos y naciones que son parte de nuestros territorios. Y también se asumen las diversas corporalidades, las diversas expresiones de género.

En el 2008, no existía las Feministas del Abya Yala, pero sí teníamos una articulación de colectivas feministas que nos llamábamos Feministas Inconvenientes que era el resultado del encuentro de distintas organizaciones feministas autónomas que habíamos nacido como colectivas en el marco de la revuelta Argentina de 2001. La consigna “Que se vayan todos” atravesaba en particular a nosotras las feministas fortaleciendo la definición de que los feminismos tenían que estar a la altura de esas revueltas y rebeliones populares.

Entonces nos fuimos encontrando en el marco de la lucha por el aborto que tomaba más fuerza. En el Encuentro de 2008 en Neuquén tuvimos la iniciativa desde Feministas Inconvenientes de invitar a Piedad Córdoba, la Senadora colombiana que era una de las artífices de la lucha por la paz en Colombia en un momento donde eso parecía muy lejano y difícil. Nosotras sabíamos que para las mujeres era un tema crucial lograr la paz que incluía la idea de no parir hijos e hijas para la guerra. Piedad vino y fue la única compañera latinoamericana que invitamos en ese momento. Fue muy importante su aporte e inauguramos esta modalidad de proponer un diálogo que excedía las fronteras nacionales.

Al año siguiente fue el golpe de Estado en Honduras y nos pareció muy importante contar con la presencia de las Feministas en Resistencia. Ellas sostenían la consigna “Ni golpe de estado, ni golpe a las mujeres”.  Invitamos a una compañera de Feministas en Resistencia de Honduras al Encuentro 2009 en Tucumán. Ahí comenzaron a sumarse de manera espontánea otras compañeras latinoamericanas a quienes les interesaba ser parte de esos encuentros que ya venían siendo muy masivos y multitudinarios. Así seguimos año a año en el marco de los Encuentros haciendo esa reunión que se llamaba Asamblea de Feministas en Resistencia, tomando la posta de las compañeras hondureñas. Después se fue ampliando a las distintas temáticas. Estos últimos años tuvimos una presencia muy grande, en el Encuentro de Resistencia, en el Encuentro de Trelew, en La Plata.

El año pasado en Bariloche hubo una presencia muy importante de mujeres de las comunidades originarias que defienden la tierra y el territorio, y de feministas comunitarias antipatriarcales de distintos pueblos. Fue muy importante la presencia de las hermanas mapuche que estaban y siguen en una situación de fuerte disputa por sus derechos. Lolita y Adriana fueron muy importantes desde las experiencias de los feminismos comunitarios en darle al espacio ese carácter de Asamblea Plurinacional antipatriarcal, antirracista, anticolonial y anticapitalista que terminó impactando sobre el Encuentro a nivel más amplio. Yo creo que el cambio de nombre del Encuentro tuvo mucho que ver con la incidencia de estas hermanas que estuvieron presentes dando muchos debates para que se fuera comprendiendo en los distintos ámbitos donde ellas venían aportando.

“El agua no se vende, se defiende!” (Cooperativa Gráfica la Voz de la Mujer)

Romina Green Rioja: Lolita y Adriana, ¿podrían contarnos, por favor, ¿cómo decidieron participar de la Asamblea de Feministas del Abya Yala en 2019? ¿Cómo fue la experiencia de estar ahí y qué aprendizaje se llevaron?

Adriana Guzmán Arroyo: El participar en la Asamblea de Feministas del Abya Yala en 2019 fue parte de un camino que ya habíamos iniciado. No solo como Feministas del Abya Yala, sino por la necesidad de responder a los problemas en la región y de acuerparnos más allá de las fronteras en torno a los problemas que había en cada territorio, a los cambios en los gobiernos y en los estados y a las discusiones internas de los feminismos. Hay que descolonizar los feminismos y las lógicas racistas dentro de los feminismos que significaba también un ataque hacia nosotras.

Creo que también nos hemos encontrado en ese acuerpamiento con otras hermanas que estaban pensando lo mismo. Porque estábamos hablando de unos feminismos insuficientes para lo que queríamos hacer nosotras que era denunciar a las transnacionales, el extractivismo, el ataque a los territorios, las redes de trata y tráfico y los feminicidios como lógicas de dominación de los territorios vinculados al patriarcado-capitalista-colonial-racista. Esas fueron discusiones que empezamos a hacer en el Encuentro de 2017 en Resistencia, Chaco. Ahí estuvieron muchas hermanas qom, wichis y mapuches que empezaron a discutir sobre la plurinacionalidad, sobre su presencia en los Encuentros, que no había sido visibilizada por otros feminismos que asumen que hay una sola forma de hacer feminismo.

Desde ese momento entramos en la discusión porque el contexto lo exigía y porque los feminismos que había hasta ese momento no alcanzaban. En Feministas del Abya Yala nos hemos ido encontrando quienes teníamos estas coincidencias y también nos hemos ido acuerpando desde la confianza política frente a la persecución que ya había hacia Lolita. También frente a debates y una ruptura interna que teníamos en el feminismo comunitario en relación con la violencia. En el 2019 ya nos encontramos con la certeza y la necesidad de plantear lo plurinacional.

Como Feministas del Abya Yala tuvimos una Asamblea previa al Encuentro. Ahí habíamos discutido sobre cómo descolonizar los feminismos, cómo hacer este camino de descolonización de los feminismos desde nuestros cuerpos, desde los territorios. Desde este diálogo en Feministas del Abya Yala donde participan compañeras trabajadoras, compañeras originarias, compañeras no originarias, compañeras de distintos colores de piel. Nos preguntamos qué significaba ahí la blanquitud, el ejercicio de poder. Entonces desde esa asamblea del 2019 como Feministas del Abya Yala nos planteamos con más certeza la responsabilidad tanto de las unas como de las otras de hacer este camino de descolonización.

Nosotras no queríamos un lugar como mujeres originarias dentro de los Encuentros. Entendemos que Feministas del Abya Yala es un camino de descolonización y lo llevamos finalmente a la Asamblea. Recuerdo que hubo posicionamientos de todos los territorios e hicimos una mesita ahí mismo con el tema espiritual. Consideramos a lo espiritual como un tema político, como un lenguaje político que está al lado de los discursos políticos. Así es como entendemos lo plurinacional. Son estos caminos de descolonización y de lucha contra el racismo.

Lolita Chávez en el Encuentro Nacional de Mujeres, La Plata, Argentina, 2019. (Romina Green Rioja)

Lolita Chávez Ixcaquic: En el 2019 yo llevaba dos años de exilio. Eso es importante porque muchas de las voces de nosotras las mujeres de pueblos originarios, las que caminamos abajo, las de a pie, las territoriales en los feminismos — muchas veces [nuestras voces] no teníamos eco. En el 2017 nuestras vidas de feministas comunitarias fueron atravesadas por dos situaciones muy alarmantes. Uno, los exilios por los ataques que habíamos pasado. Habían asesinado a Berta Cáceres el año anterior. Entonces nosotras estábamos exigiendo justicia por Berta en Iximulew. Luego, el 8 de marzo de 2017 calcinaron a 53 niñas de las cuales 41 niñas fueron asesinadas. La muerte de esas niñas fue un acto del estado feminicida y ha quedado silenciado. Necesitamos que se siga hablando de esto, que se escuche nuestra voz en este caminar de la memoria y de la historia. Las Madres de la Plaza de Mayo habían venido en 2017 a la plaza, que ahora le llamamos “La Plaza de las Niñas del 8 de marzo”.

Participar en ese Encuentro tenía muchos desafíos. Estábamos viviendo un contexto global de violencias. La violencia de género principalmente. Estaba muy fuerte Ni Una Menos y la lucha por el derecho al aborto seguro, gratuito y legal. Estábamos dándole eco en los territorios a todo lo que estaba sucediendo en Argentina. Pero también había mucha violencia fundamentalista que está ahora también violentando nuestras vidas. La legislación tenía retrocesos, [como] las condiciones laborales. Es importante reconocer también a la comunidad LGBTIQ que tenía una lucha muy fuerte para que se reconocieran sus agendas. Entonces, este movimiento plurinacional no fue solo un llamado a lo pluri. Fue un planteamiento de pasar de mujeres a un planteamiento feminista. Fue pasar de un aspecto nacional a un planteamiento plurinacional y pluridiverso y con las disidencias. Era un reto muy grande.

Lo intergeneracional nos dio fuerza. A mí me tocó ser vocera del planteamiento plurinacional en las asambleas previas y durante el Encuentro [de 2019]. Nos tocó pasar el planteamiento [para el cambio de nombre] a la asamblea general. Yo lo viví con mucha fuerza, mucha alegría, mucha resignificación. Pero también lo viví con situaciones de violencia. O sea, el racismo que está latente en el Estado-nación colonial de Argentina, es necesario seguirlo abordando.

Hay muchas compañeras que no pueden participar [en el Encuentro] por la situación de exclusión que viven. Nosotras tenemos esa gran fortaleza de autonomía y por eso participamos. Si no fuera por CPK o por Feminismos Comunitarios, para mí hubiera sido imposible llegar a Argentina. Yo ya tenía el vínculo gracias a Pañuelos en Rebeldía, a Feministas del Abya Yala y a Feminismos Comunitarios. Nosotras tejemos esto porque tenemos una claridad de un legado ancestral. Nuestros feminismos vienen con ese legado ancestral y nuestra propuesta política desafía a los feminismos que solo se plantean, así como una oficina, los feminismos con privilegios, que se nombran como feminismos.

Antes [del 2019] yo había ido a Argentina por situación de persecución. La clandestinidad de nuestros feminismos comunitarios ahora se escucha muy fácil, pero nuestros feminismos comunitarios fueron clandestinos en su momento en Iximulew. Gracias a ese vínculo nos fortalecimos. También antes surgieron los feminismos comunitarios en Bolivia y en Iximulew. Empezamos a tejer, rompiendo los patriarcados: el patriarcado originario ancestral y el patriarcado occidental. Es importante mencionar nuestro planteamiento acerca del clítoris como un posicionamiento político-estratégico, de la espiritualidad, la sanación y las autonomías. Los feminismos plurinacionales empezaron a tejerse como articulación para un encuentro plurinacional.

CK: Quiero enfatizar que en el Encuentro de 2011 que se hizo Bariloche estuvo Berta Cáceres, quien ya era una compañera destacada en la lucha. En ese momento habían pasado dos años del golpe de Estado y ella tenía toda la persecución del golpismo sobre ella. Berta nos aportó y nos abrió camino para poder pensar las relaciones de poder en los tiempos actuales. La idea de estado nación era una idea muy fuertemente colonial que se venía instalando en todos nuestros territorios y para nuestros feminismos la presencia de ella fue importante. También su articulación en temas de espiritualidad y de sanación con Lolita y otras compañeras de Iximulew. Nos ayudó a abrir caminos en esa dirección de pensarnos y de repensar, no solo nuestros feminismos, sino también a desafiar a los estados coloniales, racistas, patriarcales que estábamos viviendo.

NLV: ¿Por qué es importante construir un feminismo que sea plurinacional? ¿Qué resta hacer para que los feminismos en Abya Yala sean cada vez más plurinacionales?

AGA: Primero hay que situar que la discusión sobre feminismos plurinacionales surge en Feministas del Abya Yala, donde coincidimos feministas de distintos territorios, feministas de distintas identidades, de pueblos originarios y también lesbianas y trans. Hay una coincidencia y una complejidad política en Feministas del Abya Yala para empezar esta discusión. Eso no se da en todo el Encuentro y ese es uno de los riesgos más grandes. No queremos que la palabra plurinacional se vacíe de contenido. Entonces todo esto surge por esta coincidencia de distintos caminos de lucha feminista — por la necesidad de descolonizar los feminismos y las formas de lucha que se estaban haciendo. Teníamos necesidad de visibilizar el cuerpo-territorio, el extractivismo, la espiritualidad y varias cosas que los feminismos no estaban visibilizando. También se dio todo en un contexto regional.

Adriana Guzmán en la marcha #NiUnaMenos, Buenos Aires, Argentina, 3 de junio del 2017. (TITINICOLA / CC BY-SA 4.0)

En 2019 era casi el final de los gobiernos progresistas que había habido en la región como Ecuador, Bolivia, Brasil. Ya había grandes problemas para enfrentar las próximas elecciones, con críticas internas y sin límites al extractivismo, habiendo renovado contrato con las empresas transnacionales. Incluso en el caso de Bolivia, donde hablamos de un Estado Plurinacional, descolonizador, comunitario, ¿no? Ya había regionalmente una crítica y una autocrítica necesaria a los progresismos, a las formas que tomaron estas luchas en las izquierdas, que implica un cuestionamiento de descolonización a esas luchas.

No todo se acaba en el Estado. Se había mostrado una vez más que esta idea de la izquierda de tomar el poder no funcionaba. Tomaron el poder en Bolivia, Ecuador, Brasil y Argentina, con distintas experiencias, pero resulta que no había sido para el pueblo. Era ese momento de crítica y de autocrítica que nadie quería hacer porque sabemos que siempre está la derecha esperando para acabar con todos los pequeños logros. Entonces, poner la discusión de la plurinacionalidad más allá de la idea del Estado me parece fundamental porque ha sido instrumentalizada por los Estados. Por ejemplo, en la Asamblea Constituyente en Bolivia ha servido para construir un Estado Plurinacional y reconocer a las 36 naciones originarias que existen. La Constituyente en Chile no resultó. Entonces no estamos hablando de la plurinacionalidad como modelo de Estado, sino del reconocimiento de los distintos pueblos.

En términos de lo que falta para construir lo plurinacional en los feminismos, falta todavía reconocer que hay lógicas coloniales y racistas dentro de las luchas denominadas feministas. Y esas lógicas se hacen todavía más coloniales y más racistas en estos momentos donde aparece la derecha, donde crecen los anti-derechos y donde casi hay que salir a defender al Estado, como está pasando en la Argentina. Claro, Milei quiere destruirlo todo, pero eso nos tiene que poner a pensar: ¿Cuál es el proyecto político de los feminismos? ¿Sumarse a un nuevo Estado? ¿Conseguir unas nuevas leyes? ¿Conseguir nuevos derechos? Para nosotras como feministas comunitarias y antipatriarcales el proyecto político no es con los Estados.

Creo que faltan muchas cosas que están en la declaración del retorno de Lolita. Para construir lo plurinacional hay que destruir lo nacional, hay que destruir los nacionalismos, hay que destruir las fronteras. Hay que destruir la idea del Estado como la única forma de organización social y de convivencia social. Como pueblos ancestrales nos hemos organizado territorialmente, con nuestra medicina, forma de distribuir la comida, propias formas políticas y propias formas espirituales al margen de los Estados. Esto no es algo del pasado, cuando el Estado no llega con salud, el transporte, no llega con nada.

Necesitamos socavar los nacionalismos y las falsas lógicas de hacerse del poder. En cuanto a los Estados falta romper las fronteras. Falta interpelar estas lógicas dentro de la academia y dentro del propio feminismo donde se roban muchas palabras de los pueblos y de las luchas para mercantilizarlas. También falta tener una mirada comunitaria y romper con las lógicas individualistas que se han profundizado en este sistema patriarcal, racista y colonial. Las lógicas comunitarias y territoriales son claves para enfrentar esta fase del sistema que viene con gobiernos fascistas y anti-derechos que vienen a destruir los derechos construidos dentro de los Estados.

CK: Para mí fue sorprendente la resistencia que hubo en los feminismos a la idea de lo plurinacional. Nosotras comenzamos a hablar de esto, pero lo veíamos como algo lógico. Como una ampliación de los conceptos de los feminismos pensando precisamente que la descolonización implicaba el reconocimiento del rol colonial con que se habían establecido los Estados-Nación. Eso implicaba el reconocimiento de que cada uno de nuestros territorios están habitados por distintos pueblos y por distintas experiencias culturales y políticas. Cuando comenzamos a proponer el cambio de nombre del Encuentro para que pase de ser Nacional a Plurinacional nunca lo planteamos como una ruptura con la memoria y con la historia. Pero el nivel de enfrentamiento que se vivió fue increíble. No era el enfrentamiento de las mujeres de la Iglesia católica o de la derecha. Esa fue una sorpresa y por eso nos pareció muy necesario que la discusión fuera atravesando por un debate político y que se diera en términos pedagógicos.

Algo se logró. Se cambió el carácter de los encuentros con mucho debate, discusión y diálogo. Creo que quedó evidenciada y se interpeló la fuerte incidencia del eurocentrismo dentro de los feminismos con este proceso. El cuestionamiento al Estado-Nación también implica una crítica a ideologías fundantes de nuestra identidad. La identidad se reformula cuando hablamos de lo plurinacional y esto siempre puede llegar a ser doloroso. Las respuestas y los ataques que se recibieron fueron muchos. Incluso se llegó a negar la poca presencia (o la invisibilización) de las mujeres de pueblos originarios dentro de los Encuentros. Si hubo siempre una comisión de mujeres indígenas originarias. Esto no había tenido el peso que tuvo en los últimos años cuando, al abrirse el debate de lo plurinacional, [ellas] se pudieron integrar e incorporar de otro modo. No es que sea solamente algo ligado a lo originario y lo plurinacional. En los territorios hay diversidad de expresiones de pueblos. Creo que se expresó el racismo, como decía Lolita. Parecía casi una afrenta a los feminismos hacer un planteo de este tipo.

Entonces yo creo que necesitamos seguir en esa línea de debate pedagógico y político. Tenemos que seguir profundizando la perspectiva antiracista de los feminismos porque no alcanza con decir “no somos racistas”. Eso es también algo de lo que hemos aprendido. Solo decir “no soy racista” deja un espacio que no llega a expresarse como combate al racismo. Finalmente, la derecha tiene una dimensión racista y tiene una dimensión nacionalista. Lo plurinacional interpela eso también; interpela la diversidad y la posibilidad de pensar en cuerpos plurales. Estamos proponiendo que nuestros feminismos rompan las fronteras de los territorios y de los cuerpos para que podamos pensar y construir colectivamente en la diversidad, con miradas mucho más enriquecedoras. El Estado-Nación lo que hizo fue pretender homogeneizar a la sociedad bajo una lógica racista, colonial y patriarcal. Sacar esa camisa de fuerza significa abrir el juego a todo lo que hay de diversidad de pueblos, de cuerpos, de memorias, y de culturas.

“Somos pluri!” (Cooperativa Gráfica la Voz de la Mujer)

RGR: Me gustaría escuchar una reflexión sobre lo que pasó luego de la Asamblea de 2019. Hubo cambios de gobierno, una pandemia y también cambios en los movimientos sociales, por ejemplo, el cambio de nombre de los encuentros en Argentina. ¿Qué aprendizajes, desafíos y reflexiones puede aportar el feminismo plurinacional para enfrentar este tiempo?

LCI: Yo creo que uno de los aprendizajes es que no estamos solas, ni soles. Que los feminismos salvan vidas. Que están en red global y local. Esta [lucha] es un desafío, pero es una práctica cotidiana que podemos hacer. Hay planteamientos políticos globales de Estado-Nación patriarcales que van a seguir la agenda del patriarcado. Están activando con más influencia las armas de ataques por los medios de comunicación masiva. Los desafíos están, pero los planteamientos del feminismo son pluri, diversos y muy esperanzadores. Yo no dudo que nuestros feminismos, así como los feminismos de los encuentros, por ejemplo, el Encuentro Plurinacional que, ahora nos enorgullece decir, somos parte de ese planteamiento como Feministas del Abya Yala.

Necesitamos también reconocer que un sistema antipatriarcal, anticolonial necesita también [ir contra] la xenofobia. Vivimos muchas xenofobias y los feminismos los tienen que tejer desde Abya Yala, y también en Europa porque eso trasciende fronteras continentales. Lo que se vive acá lo implementan los imperialismos, el imperialismo yanqui. Me hace fácil decir que esta colonización tiene rasgos imperialistas, como este patriarcado tiene rasgos imperialistas. Ahorita tenemos un desafío muy fuerte que nuestros feminismos trasciendan también los genocidios. Soy parte del pueblo maya y nosotros sufrimos el genocidio, trataron de exterminar[nos]. Ahora en mi retorno [a Iximulew], no sé si se dieron cuenta [dirigido a Claudia y Adriana] que entramos a un territorio quemado por la colonización. Cumplimos 500 años [de colonización] este año. Quemaron a las niñas [en 2017] y nos quemaron a hermanos y hermanas en la Embajada de España [en 1980]. Esto está pasando con Palestina. Yo sí quiero llamar que esta entrevista pueda hacer eco a nuestro llamado global y local de denunciar la militarización en los territorios. Hablamos de pueblos y de comunidades con sus cosmogonías. La cosmogonía nuestra es Utzilãj K'aslemal, el bien común, el Buen Vivir para todas y todos. Eso es nuestro modelo de vida. Palestina tiene su modelo de vida en su territorio. Lo que está pasando en Palestina es un genocidio.

Tenemos un desafío muy grande, no solo de gabinete, de acción directa. No abandonemos en las calles, no abandonemos los barrios, no abandonemos los territorios. La actividad narco es un desafío para nosotras las feministas comunitarias de la Abya Yala. Son desafíos grandes, compañeras y compañeros. Nos tenemos que estar moviendo con logística. Están en mi territorio, están aquí los sicariatos, la trata de niñas. Hay muchas agendas de tierra adentro, como diríamos acá. Yo expreso mi profundo amor a los feminismos del mundo y que no nos arrebaten nuestros feminismos. Porque las feministas que son patriarcales, son racistas, son coloniales y son capitalistas, no son feministas.

AGA: Después del 2019 que se plantea el Encuentro como Plurinacional, el debate sobre la plurinacionalidad o sobre otros feminismos que necesitamos construir, vino la pandemia. No hubo Encuentro hasta el 2022 en San Luis donde nuevamente estaba presente la discusión sobre la plurinacionalidad. Se dijo que el cambio no se había aprobado, que todavía había que discutir si realmente el encuentro iba a cambiar de nombre. Es decir, una resistencia increíble e impensada hacia este cambio de nombre que es una muestra de la resistencia que hay a pensar los proyectos políticos, las formas de lucha, las herramientas de lucha desde una mirada no colonial

Hay una resistencia dentro del feminismo y las izquierdas. Esas resistencias y esas lógicas coloniales, eurocéntricas, civilizatorias se han profundizado con la pandemia, como el individualismo, las frustraciones y los miedos. La capacidad organizativa de la gente ha quedado fragmentada y paralizada. El sistema ha aprovechado de la pandemia para que cada cual esté en su casa, en su doctorado, en lo suyo y no le convoque. Vemos el genocidio en Palestina, el ataque al Zapatismo en Chiapas, o el ataque a distintas comunidades del Consejo Nacional Indígena. La pandemia ha reducido las lógicas internacionalistas de acompañamientos entre los pueblos. Ha sido utilizada para profundizar el sistema.

Después de la pandemia se han venido procesos electorales con resultados terribles para las luchas de los pueblos. En Bolivia un golpe al pueblo y un golpe de Estado. En Argentina, el gobierno de Alberto Fernández, que no fue un buen gobierno, afectó a la región. Se han generado las condiciones de profundización de la derecha y los antiderechos como apuestas políticas. Ser fascista es una posibilidad dentro de las posibilidades democráticas. Es una posibilidad política pensar como Milei que hay que acabar con los pobres y que se mueran o que se venda a los niños.

En ese contexto la pregunta es ¿para qué nos sirve lo plurinacional? Yo creo que ahí hay dos caminos. Por un lado, que se vacíe de contenido lo Plurinacional y que se olvide que fue un camino dentro de los Encuentros. Que se olvide que es un reflejo de un camino dentro de la región donde las mujeres originarias aymaras, quechuas, mayas, mapuches hemos discutido y planteado cosas frente al patriarcado y hemos construido nuestros propios feminismos. Eso no fue algo del 2019, sino un camino en la región y una interpelación a los feminismos eurocéntricos. El problema sería que todo eso se olvide y se quede solamente el nombre de plurinacional y se lo utilice como una moda, sin la necesidad de llenarlo de contenido. ¿Qué son estos feminismos plurinacionales, además de trans, travestis, lesbianas? ¿Qué es en concreto este tipo de feminismo?

La otra opción es que tengamos que hacer esta discusión que pasa por mirar la región, mirar los Estados, mirar los errores de los procesos políticos y gobiernos que ha habido, mirar los errores de los feminismos que también han permitido la instrumentalización de los propios feminismos. Ese es el caso del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad en Argentina. O el Servicio Plurinacional de la Mujer en el caso de Bolivia. Han sido feminismos instrumentalizados. La plurinacionalidad en esta segunda vía nos permitiría profundizar estas discusiones frente al contexto actual fascista, donde los Estados parecen no ser el camino de la lucha de los pueblos. La plurinacionalidad nos permite hablar desde distintas experiencias, con espiritualidades, con caminos distintos de resistencia que traen saberes políticos y en medicina, que puede ser un camino más posible de resistencia desde los pueblos.

CK: A mí me parece que un tema muy necesario hoy es pensar en el mundo que estamos viviendo y en los niveles de violencia que estamos recibiendo. Las políticas imperialistas actuales tienen una carga de racismo y de violencia que puede ir desde un golpe de Estado, hasta una invasión, o hasta negar al otro. En ese sentido es importante nombrar a Palestina. El sionismo muestra la posibilidad y la decisión de no tolerar en un territorio más que su propia participación y negar al otro es asesinarlo directamente. Un gran desafío que tenemos es encontrar una respuesta a esas violencias institucionalizadas desde los Estados a través de guerras e invasiones. ¿Cómo hacerlo? Desde el control de los territorios que puedan ejercer los pueblos y las mujeres que estamos en la primera línea de la lucha por la vida. En esa lucha por la vida desde enfrentar a la violencia guerrerista, la violencia fascista, la violencia sionista, es un elemento fundamental.

Esto nos obliga a discutir esta concepción de los Estados-Nación y discutir cómo nos enfrentamos a estas políticas de arrasamiento de derechos que vienen realizando los gobiernos, por ejemplo, en el caso de Argentina. Responder desde la memoria de todo lo que hemos venido realizando y también proponiendo caminos asociados a la autonomía. Discutíamos hace poco que, si pretenden sacar las leyes que garantizan, por ejemplo, el derecho al aborto o a la educación sexual integral, tendremos que seguir peleando por la ley, pero también actuando con autonomía, como lo hemos hecho siempre. Por lo menos una parte de las feministas siempre hemos ayudado y acompañado, por ejemplo, a garantizar abortos y a formarnos en la educación sexual cuando no había leyes todavía. Entonces, si bien vamos a defender cada una de las leyes como derechos también tenemos que cuidar y profundizar los espacios de autonomía.


Romina Green Rioja es profesora adjunta de Historia Latinoamericana en la Universidad de Washington y Lee en Virginia. Investiga la formación racial en el Chile del siglo XIX y el movimiento feminista moderno en Argentina y Chile. Su próximo libro bajo contrato con University of Alabama Press se titula preliminarmente ‘To Govern is to Educate:’ Modeling Racial Education in Modern Chile.

Nayla Luz Vacarezza es investigadora asociada del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) en Argentina. Enseña teoría feminista y estudios de género en la Universidad de Buenos Aires. Su último libro, coeditado con Barbara Sutton, es Abortion and Democracy: Contentious Body Politics in Argentina, Chile, and Uruguay (Routledge, 2021).

Like this article? Support our work. Donate now.