Los paramilitares neofascista de República Dominicana fortalecen la represión derechista

Las nuevas expresiones de violencia ultranacionalista que censuran a las mujeres negras y a los migrantes evocan a la dictadura. Cualquier persona considerada una amenaza para los valores dominicanos es un objetivo potencial.

May 20, 2024

Ana Belique presenta su libro bilingüe, La muñeca de Dieula, Poupe Dieula, en San Pedro de Macorís, República Domincana. (Muñecas Negras RD)


Este artículo fue publicado en inglés en la edición de primavera de 2024 de nuestra revista trimestral NACLA Report.


Traducción por Stephanie Holguin. Read this article in English.

“¡Por favor, denuncie este tuit! ¿Y si tienes el espacio para compartir con otros en tu círculo de amigos de confianza, pregúntenle para que hagan lo mismo?”. Recibí este mensaje de texto después de que el grupo ultranacionalista dominicano Antigua Orden Dominicana publicaron un tuit en el que denunciaba a una pareja queer en el país. Durante la última década me he acostumbrado a este tipo de solicitudes de apoyo después de que los grupos ultranacionalistas se enteran de la existencia de un individuo conocido por su activismo “en apoyo de los haitianos” o “en apoyo de la ideología de género”. Los comentarios en las publicaciones ofensivas se llenan rápidamente de amenazas de muerte, epítetos racistas y xenófobos y acusaciones de traición. A menudo, las que se enfrentan a la vigilancia y la represión debido a ser identificadas a través de los medios tradicionales y sociales son mujeres negras racializadas y femmes.

La Antigua Orden Dominicana (AOD) es un grupo paramilitar neofascista de ultraderecha cuyo objetivo es proteger a la República Dominicana “a toda costa”. Los miembros del movimiento se visten de botas combate negras y uniformes negros de estilo militar estampados en el brazo con la bandera dominicana y las palabras “Dios, Patria, Libertad”. En Facebook, donde AOD tiene más de 77.000 seguidores, el grupo se ha descrito así mismo como un movimiento nacionalista “creado para la expulsión de haitianos de pueblos y ciudades dominicanas”. A lo largo de la última década, los miembros de la AOD—mientras la policía nacional dominicana mira hacia otro lado— han interrumpido regularmente marchas y vigilias organizadas por grupos feministas y antirracistas para denunciar las violaciones de derechos humanos contra los migrantes haitianos negros y los dominicanos negros de piel oscura, las mujeres y las comunidades LGBTQIA+. Más recientemente, en octubre de 2023, miembros de AOD amenazaron y acosaron a los participantes en una vigilia en Santo Domingo en solidaridad con los palestinos.

Aunque las tácticas de intimidación anti-haitianas, anti-negras y homofóbicas de AOD pueden parecer a primera vista obra de un grupo marginal, el movimiento paramilitar es de hecho parte de un patrón histórico y regional más amplio de violencia, censura y amenazas estatales y no estatales de derecha contra las mujeres negras y migrantes durante el siglo pasado. En las últimas décadas, la República Dominicana ha visto un repliegue de los movimientos fascistas de derecha que dependen cada vez más de la solidificación de los grupos paramilitares neofascistas. Mientras los grupos paramilitares estuvieron presentes durante los regímenes y dictaduras de derecha anteriores, su presencia actual apunta a los nuevos contornos que configuran la represión contra cualquiera que se considere una amenaza a la soberanía Dominicana.

A medida que la República Dominicana se prepara para las elecciones presidenciales de 2024, se espera que aumente la utilización de Haití, los migrantes haitianos y sus descendientes como chivos expiatorios. Más recientemente, estas interrupciones se han extendido a los espacios educativos, donde las preocupaciones sobre un libro infantil bilingüe escrito en español y Kreyòl haitiano, así como las narrativas falsas sobre la poesía erótica que se enseña a los niños, se han convertido en pararrayos para que la derecha pida la prohibición de libros y el despido de las educadoras feministas negras. A medida que los movimientos negros, queer, feministas y antirracistas se movilizan para denunciar la violencia estatal y no estatal, la cantidad de amenazas e interrupciones por parte de grupos de derecha como AOD continuarán.

Muñecas negras, historias negras

En 2021, Ana María Belique, una mujer negra dominicana de ascendencia haitiana publicó el libro infantil La muñeca de Dieula, Poupe Dieula. El libro, que cuenta la historia de una niña cuya madre le cose una muñeca negra, fue parte de un proyecto más amplio para permitir que las mujeres y niñas negras se vean reflejadas en la cultura popular. En 2019, Belique y otros miembros del movimiento antirracista Reconoci.do lanzaron Muñecas Negras RD, una iniciativa que crea muñecas negras como una forma de construir espacios íntimos de reconocimiento mientras se generan ingresos para mujeres marginadas. Fue el comienzo de lo que Belique denominó pensamiento crítico bateyero, un pensamiento y una praxis feminista negra nacidas de las experiencias de las mujeres y niñas negras dominicanas de ascendencia haitiana de las comunidades de caña de azúcar conocidas como el batey.

Una muñeca negra y el libro La muñeca de Dieula, Poupe Dieula, de Ana Belique. (Muñecas Negras RD)

Las diseñadoras que viven en bateyes —que con frecuencia enfrentan oportunidades de trabajo limitadas debido a la negación de la ciudadanía a los dominicanos de ascendencia haitiana— cuidadosamente elaboran cada muñeca con tela e hilo (para el cabello) comprados localmente. Mientras que el primer lote fue comprado principalmente por personas que vivían fuera de la República Dominicana, la siguiente generación de muñecas se regaló a niños dentro de la propia comunidad de las creadoras y se vendió en espacios feministas dominicanos.

Muñecas Negras RD ha brindado un espacio para que las mujeres negras dominicanas de ascendencia haitiana hablen sobre sus experiencias con la discriminación racial y de género. Como explicó una de las fundadoras, Maribel Pierre: “las personas creen que cuando te estan dicendo negra te estan ofendiendo no sabiendo que cuando te dicen negra te estan recordando de donde tu eres, quien to eres quienes son tus ancestros”. Estos sentimientos, compartidos por muchos creadores que participaron en la realización de las muñecas, fueron el impulso para que Belique escribiera La muñeca de Dieula. La historia está inspirada en una de las niñas del batey que a menudo se paraba junto a la ventana para ver lo que las niñas y mujeres mayores estaban elaborando y discutiendo.

Después del lanzamiento del libro, Belique y la ilustradora y editora del libro, Michelle Ricardo de Proyecto AntiCanon, se presentaron en la Feria Internacional de Libros 2022 en Santo Domingo. En las redes sociales, AOD y sus partidarios ultranacionalistas pronto comenzaron a anunciar el libro de Belique como un signo de la haitianización de la sociedad dominicana.

Advirtieron que el libro se leía en las escuelas públicas y enseñaba a los niños el Kreyòl haitiano. También amenazaron directamente a Belique y Ricardo y llamaron al boicot de la presentación del libro en la feria, lo que llevó a la cancelación del evento. En cambio, Ricardo leyó un poema sobre la intimidación y las amenazas, lo que llevó a más intimidaciones y amenazas en las redes sociales.

Ana Belique presenta su libro bilingüe, La muñeca de Dieula, Poupe Dieula, en San Pedro de Macorís, República Dominicana. (Muñecas Negras RD)

El ascenso de los grupos neofascistas y su represión

Grupos como AOD argumentan que la República Dominicana es una nación soberana que tiene derecho a defenderse de las acusaciones de violaciones de los derechos humanos como el racismo, la xenofobia, la homofobia o la misoginia. Además de la reciente agresión a los manifestantes de solidaridad con Palestina y la reacción violenta contra La muñeca de Dieula, los grupos de extrema derecha han lanzado reiteradamente amenazas y agresiones contra defensores y defensoras de los derechos humanos, interrumpiendo eventos como manifestaciones de denuncia de la apatridia, actuaciones artísticas anticoloniales, audiencias de comisiones de derechos humanos y una vigilia tras el asesinato policial de George Floyd en Estados Unidos. Si bien la mayoría de estos eventos tuvieron lugar en Santo Domingo, grupos e individuos de extrema derecha también han interrumpido los paneles educativos que se llevan a cabo en la ciudad de Nueva York, donde AOD tiene presencia.

Este tipo de disrupciones de autodenominados grupos nacionalistas han ido aumentando en la última década. Amaury Rodríguez, un autor y traductor dominicano cuya obra destaca la historia dominicana, caribeña y latinoamericana desde abajo, señala: “El uso de fuerzas represivas para aplastar la protesta social se ha convertido en algo común”. La presencia de grupos paramilitares neofascistas es parte de los nuevos contornos que configuran la represión contra cualquiera que sea considerado una amenaza para los valores dominicanos. Para los activistas de derechos humanos que documentan cómo las amenazas que surgen en el mundo virtual se extienden a los espacios físicos, la proliferación de grupos nacionalistas y fascistas en plataformas de redes sociales como Facebook se ha vuelto cada vez más preocupante.

En diciembre de 2016, en una sesión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en la Ciudad de Panamá, varias organizaciones dominicanas de derechos humanos presentaron un informe sobre las crecientes amenazas de violencia contra los defensores de derechos humanos, en particular los miembros de movimientos sociales y organizaciones que se pronuncian en contra de las políticas gubernamentales racistas y xenófobas. El informe detalló cómo grupos de derecha que se identifican como nacionalistas estaban creando videos y publicaciones online que buscaban exponer lo que denominaban propaganda anti-dominicana. Los miembros de la delegación de la sociedad civil dominicana enumeraron una serie de tácticas de intimidación, que pusieron en el contexto de una larga historia de amenazas y violencia física sufrida por defensores de derechos humanos en el país. También señalaron que habían documentado y compartido sus preocupaciones con las autoridades dominicanas, que no habían respondido a sus informes. Desde entonces, al menos uno de los miembros de la delegación abandonó el país por preocupaciones sobre ella y su familia.

Los grupos de la sociedad civil han seguido llamando la atención sobre la violencia desenfrenada de la extrema derecha. En octubre de 2022, los participantes de la jornada anticolonial sufrieron agresiones físicas a manos de AOD, que había llamado a sus miembros a interrumpir el evento. Durante casi dos décadas, diversas organizaciones sociales han participado en una serie de eventos cada mes de octubre para denunciar las celebraciones nacionales que glorifican a Cristóbal Colón, la colonización y la esclavitud. En una conferencia de prensa posterior al incidente, organizaciones de la sociedad civil hicieron un llamado al presidente Luis Abinader para que exija a grupos como AOD que cesen sus amenazas y agresiones físicas. A pesar de las denuncias formales presentadas ante la fiscalía, no ha habido investigaciones formales ni respuestas por parte del Estado.

El presidente Luis Abinader da inicio a la Feria Internacional del Libro 2023, en Santo Domingo. (Penelope Vargas / Presidencia de la República Dominicana)

Una larga historia de censura y amenazas

Las amenazas contra los defensores de los derechos humanos, contra las mujeres y en particular las mujeres negras, están ocurriendo junto con un aumento de las políticas represivas que responden al temor de que la organización antirracista y la supuesta ideología de género amenacen la armonía racial y los valores patriarcales cristianos en América Latina y el Caribe. Mientras ha habido un aumento de los movimientos conservadores de derecha en todo el hemisferio en los últimos años, la derecha ha mantenido el poder casi ininterrumpidamente en la República Dominicana durante casi un siglo. Este momento actual puede parecer diferente, pero una mirada retrospectiva a este siglo pasado revela lo que muchos han considerado la continuación del Trujillismo.

En 1930, el dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo llegó al poder después de un golpe militar que ayudó a liderar contra el presidente Horacio Vásquez. Si bien el anti-haitianismo en la República Dominicana surge antes de la dictadura de Trujillo, fue durante su mandato que el discurso anti-haitiano alcanzó su punto máximo y se convirtió en violencia genocida. Trujillo orquestó la masacre haitiana de 1937 ordenando a los soldados y reclutando civiles para atacar a haitianos, dominicanos de ascendencia haitiana y dominicanos negros de piel oscura a lo largo de la frontera entre Haití y la Republica Dominicana. Hasta la fecha, el gobierno dominicano no ha pedido disculpas públicas por esta masacre de más de 17.000 personas negras. Trujillo también fue responsable del asesinato en 1960 de las hermanas Mirabal, que participaban en el Movimiento Revolucionario 14 de Junio contra su dictadura. El asesinato de las hermanas Mirabal las convirtió en símbolos de la resistencia popular y feminista.

En 1961, Trujillo fue asesinado y se produjeron malestares políticos hasta la elección del liberal democrático Juan Bosch Gaviño, quien asumió el cargo bajo el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) en 1963. Sin embargo, el gobierno de Bosch llegó a su fin siete meses después de que asumiera el cargo. Fue derrocado en un golpe de Estado por generales militares simpatizantes del régimen de Trujillo, preocupados por el apoyo radical de Bosch a los derechos laborales y a los pobres. Al exilio de Bosch le siguieron nuevos malestares y la ocupación del país por parte de Estados Unidos en 1965. Bosch se postuló nuevamente a la presidencia en 1966 contra del expresidente títere de Trujillo, Joaquín Balaguer Ricardo, quien, durante los siguientes 30 años, se mantendría en el poder a toda costa. La presidencia de Balaguer entre 1966 y 1978 se conoce como “Los doce años”, cuando se estima que más de 1.200 personas fueron asesinadas por el grupo paramilitar de Balaguer, conocido como La Banda Colorá. Balaguer volvió al poder en 1986.

Balaguer representó la continuación del Trujillismo a través de la retórica anti-haitiana. Bajo su gobierno, los migrantes haitianos y sus descendientes enfrentaron tácticas racistas y represivas, hasta que finalmente, pero a regañadientes, dejó el cargo en 1996. En las elecciones de ese año, el apoyo de Balaguer al candidato presidencial ganador Leonel Fernández Reyna, del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), sobre un dominicano negro de ascendencia haitiana, José Francisco Peña Gómez, allanó el camino para las políticas racistas, misóginas y xenófobas actuales en el país. A lo largo de este siglo de políticas represivas y violencia, las mujeres negras han estado continuamente en el centro de los movimientos de resistencia, desde la lucha por la reforma agraria que llevó a la muerte la líder revolucionaria Mamá Tingó en 1974; a las campañas de derechos humanos contra el anti-haitianismo y la anti-negritud lideradas por la fallecida activista Sonia Pierre; a la reciente organización de movimientos antirracistas, feministas y juveniles queer.

Nuevo partido político, mismas políticas de derecha

En 2024, República Dominicana votará en las elecciones presidenciales. En los últimos cuatro años, el país ha sido dirigido por el presidente Abinader del Partido Revolucionario Moderno (PRM). Cuando el PRM asumió el poder por primera vez en 2020, muchos acogieron con beneplácito el cambio después de 16 años consecutivos de gobierno del PLD. En 2010, el PLD supervisó una reforma constitucional conservadora que introdujo una prohibición total del aborto y el matrimonio entre personas del mismo sexo y puso fin a la ciudadanía por nacimiento para los hijos de inmigrantes indocumentados. Además, durante el tiempo que el PLD estuvo en la oficina presidencial, en 2013, el Tribunal Constitucional emitió la Sentencia 168-13, una sentencia atroz que despojó retroactivamente a más de cuatro generaciones de dominicanos negros de ascendencia haitiana de su ciudadanía dominicana.

En ese momento, Abinader, que ya estaba involucrado en la política y era descendiente de inmigrantes libaneses, había participado en un evento llamado “Abrazos Solidarios”, denunciando la Sentencia. Después de una fallida candidatura presidencial en 2016, la elección de Abinader en 2020 llevó a muchos a tener esperanzas, ya que reconocidas figuras de la sociedad civil dominicana se unieron al PRM como representantes en diferentes ministerios y oficinas gubernamentales. Sin embargo, como señala Rodríguez: “Este nuevo gobierno resultó ser todo lo contrario de lo que Abinader prometió a los votantes jóvenes, a las mujeres y a los progresistas durante su campaña presidencial. Una vez en el poder, Abinader procedió a quitarse la máscara, una fachada liberal, retractándose de su apoyo inicial al aborto y utilizando un lenguaje xenófobo y racista anti-haitiano para inculcar el odio y los prejuicios raciales contra los inmigrantes haitianos y los dominicanos de origen haitiano”. Según Rodríguez, el gobierno de Abinader ha promulgado “una continuidad de políticas reaccionarias dirigidas a marginar aún más a los trabajadores haitianos y sus familias en la República Dominicana. De hecho, el gobierno de Abinader es doblemente reaccionario, ya que incorpora leyes racistas anti-haitianas y violencia fascista a su repertorio de control social y reestructuración neoliberal”.

Al igual que la creciente derecha en otras partes de América Latina, el actual gobierno dominicano infringe de manera similar los derechos de las personas, avivando los sentimientos antiinmigrantes y difundiendo discursos que difaman la dignidad de las mujeres, las personas LGBTQIA+ y los migrantes. Abinader sigue practicando la vieja táctica de convertir a los migrantes haitianos en chivos expiatorios y a sus descendientes como los males del país. Ha promovido la construcción de un muro a lo largo de la frontera entre Haití y República Dominicana, y en septiembre de 2023, su administración cerró completamente la frontera en respuesta al desarrollo de un canal de riego en el lado haitiano del Río Masacre. Abinader argumentó que la construcción de este canal era perjudicial para el medio ambiente dominicano y, en una demostración de fuerza, estacionó a oficiales militares dominicanos a lo largo de la frontera, impidiendo el movimiento de personas y mercancía. Como argumenta Rodríguez: “La retórica racista y el chovinismo de Abinader, magnificados en gran medida por los medios tradicionales dominicanos, han creado un clima peligroso para las personas de color en general, incluidos los dominicanos negros, los inmigrantes haitianos, los dominicanos de origen haitiano, así como los activistas, los periodistas independientes, los educadores, los trabajadores culturales, los intelectuales progresistas y de izquierda. Bajo el gobierno de Abinader, el Estado dominicano avanza hacia el establecimiento de un sistema de apartheid que segregará aún más a las personas de origen haitiano, independientemente de si nacieron o no en el país”.

Abinader también ha continuado utilizando decretos para permitir la perfilación racial y la expulsión de trabajadores migrantes haitianos y sus descendientes. Entre las personas que serán objeto de deportación se encuentran mujeres haitianas migrantes embarazadas, una práctica alimentada por los temores de que las mujeres migrantes se estén apoderando de los hospitales públicos y agotando los recursos limitados. En septiembre de 2021, las autoridades dominicanas restringieron el acceso de las mujeres migrantes al sistema público de salud a casos de emergencia y comenzaron a negar la entrada a la República Dominicana a cualquier migrante embarazada que superara los seis meses de gestación. Mientras las redes de medios de comunicación se desbordaban con videos e historias de mujeres embarazadas o madres con bebés recién nacidos que eran escoltadas fuera de los hospitales y detenidas por funcionarios de inmigración, El Centro para la Observación Migratoria y el Desarrollo en el Caribe con sede en Santo Domingo, conocido como OBMICA, denunció “Los operativos contra las embarazadas constituyen una violación sin precedentes al derecho fundamental a la salud, la equidad de género, la protección de la maternidad y los derechos de niños, niñas y adolescentes, han sido definidos como cacería de mujeres o actos de violencia obstétrica a gran escala, por especialistas dominicanas en materia de género como Sergia Galván y la comunicadora Edith Febles”. Según el propio recuento del gobierno dominicano, las autoridades deportaron a casi 800 mujeres haitianas embarazadas solo entre noviembre de 2021 y abril de 2022, lo que provocó la condena de expertos de las Naciones Unidas.

Según Amelia Hintzen, los temores de un aumento en el número de dominicanos de ascendencia haitiana eran evidentes y documentados ya en 1969, cuando el subsecretario de la Dirección General de Migración escribió un memorándum al entonces presidente Balaguer sobre el “grave problema” de “la gran cantidad de nacionales haitianos que de manera pasiva han invadido puede decirse masivamente, nuestro territorio”. A partir de la fecha de este memorándum, las autoridades tardarían otros 35 años en ejecutar acciones legales para despojar a los hijos de migrantes haitianos de su nacionalidad dominicana. En 2004, los legisladores aprobaron la Ley General de Migración 285-04, que reguló el ingreso y empleo de extranjeros en el país. También buscó poner fin al jus soli, el derecho a la tierra o ciudadanía por nacimiento garantizado por la constitución dominicana en ese momento, ampliando su definición de “en tránsito”. Según la Ley 285-04, todos los niños nacidos de “madres extranjeras” deben recibir una constancia de nacido vivo de color rosa, a diferencia de una blanca para los ciudadanos legales. Luego, los recién nacidos son escrito en un libro comúnmente conocido como “el libro de extranjeros”.

La Constitución de 2010 consagró estas prácticas al redefinir la nacionalidad dominicana. Continúa señalando que al menos uno de los padres debe ser de nacionalidad dominicana para que un niño sea reconocido como nacional dominicano. Sin embargo, en la práctica, el personal administrativo de los hospitales tiene una gran discreción a la hora de determinar si una madre recibirá una papeleta blanca o rosa, basándose en sus percepciones de la raza y el origen étnico de la madre. A través de las políticas estatales dominicanas y las continuas protestas de los ultranacionalistas, cualquier persona percibida como una mujer haitiana y sus hijos se convierten en una amenaza para la nación dominicana.

Resistencia: destellos de esperanza

A finales de 2023, una campaña de difamación contra Lauristely Peña Solano, cofundadora junto a Michelle Ricardo, del Proyecto AntiCanon que publicó La muñeca de Dieula, llevó a Peña Solano a ser expulsada de la escuela donde enseñaba. Fue acusada de haber asignado a sus alumnos lecturas de poesía “inapropiadas”. La activista feminista y abogada Susi Pola cree que la campaña de desprestigio en el internet de la extrema derecha contra Peña Solano se basó en “el miedo y la resistencia al cambio del conservadurismo hegemónico” por parte del sector ultraderechista preocupado por su discurso de “ideología de género”. En una carta abierta a las familias de la escuela, Peña Solano señala que ha sido acosada por actores de la ultraderecha y su “ejército de bots” durante muchos años. Estos ataques se basaron en sus otros proyectos comunitarios y de derechos humanos.

Unas muñecas negras y el libro La muñeca de Dieula, Poupe Dieula, de Ana Belique. (Muñecas Negras RD)

Peña Solano es solo una de las más recientes de una larga lista de mujeres negras y racializadas en la República Dominicana que han sido objeto de campañas de difamación en línea y amenazas de violencia. En su carta abierta, ella se dirige directamente a los padres: “Es muy cómodo querer aclarar sus intenciones de no hacer daño al colegio y a su directora, cuando claramente han hecho todo por hacerme daño a mí, todo en nombre de las buenas costumbres y la moral, les recuerdo que esa misma excusa han tomado a lo largo de la historia los inquisidores, dictadores y fascistas”.

Como señala Rodríguez, la extrema derecha no solo está mirando a otros espacios latinoamericanos y caribeños, sino que también se están involucrando activamente con partidos políticos de extrema derecha más allá del hemisferio, como Vox en España. “La irrupción del partido de extrema derecha y xenófobo Vox en España ha creado amplias oportunidades para la creación de redes entre políticos dominicanos de centroderecha y extrema derecha y derechistas europeos”, señala Rodríguez. Entre los ejemplos de estos vínculos se encuentran las reuniones entre un representante de Vox y el diputado dominicano Omar Fernández, hijo del expresidente Fernández y miembro del partido de centroderecha Fuerza del Pueblo. Estas reuniones son bastante reveladoras de la mentalidad de los políticos conservadores dominicanos, que tienen la audacia de pensar que no es gran cosa reunirse o establecer vínculos políticos con políticos xenófobos y neofascistas que atacan a las comunidades de inmigrantes en España, incluidas las de origen dominicano.

Aun así, Rodríguez lo tiene claro: “Repeler a los fascistas es posible”. Señala la importancia de una “izquierda fuerte construida sobre la base de la unidad, la democracia y la claridad política, en otras palabras, una izquierda que tenga una perspectiva antiimperialista y esté firmemente comprometida con la lucha contra todos los sistemas de opresión y explotación, incluido el racismo y la desnacionalización de los dominicanos de ascendencia haitiana, el sexismo, la homofobia y la transfobia”. Rodríguez destaca las importantes lecciones aprendidas durante el movimiento de izquierda surgido en la década de 1960, que están contribuyendo al internacionalismo y antiimperialismo de grupos como el Movimiento Socialista de Trabajadoras y Trabajadores (MST), y la miríada de colectivos antirracistas, feministas y queer que siguen enfrentando la actual ola de neofascismo.

Estos esfuerzos adoptan diferentes formas. A medida que Muñecas Negras RD se expande a través de diferentes bateyes en la República Dominicana, por ejemplo, buscan crear un espacio para resaltar el trabajo de mujeres negras dentro de sus propias comunidades en el pasado y el presente. Hablan de la importancia de reconocer el trabajo de sus madres y abuelas como parteras en un contexto en el que a las mujeres negras se les niega el acceso al parto en los hospitales. Como explica la autora y activista Belique: “Desde Muñecas Negras tratamos de romper con todos los estereotipos sociales, raciales y de género que nos representan como inferiores. Trabajando con niñas, adolescentes y jóvenes, enseñamos que lo negro es bello, es valioso, y que nosotras somos capaces de crear cosas hermosas”. Muñecas Negras RD y libros bilingües como La muñeca de Dieula de Belique representan una amenaza para las ideologías conservadoras de los grupos neofascistas. También proporcionan destellos de esperanza para resistir esta iteración más reciente y peligrosa de la extrema derecha.


Amarilys Estrella es Profesora Asistente de Antropología y Profesora Afiliada del Centro de Estudios Africanos y Afroamericanos de la Universidad de Rice. También es miembro fundador del colectivo Todos Somos Dominicanos.

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