Por Qué Importa el Resultado de Barinas, Venezuela

En un evento que muestra las posibilidades de asistir a las urnas, la oposición radical es la que más pierde.

January 24, 2022

La ciudad de Socopó en Barinas, Venezuela (MusicologoVzla, Wikimedia)

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El triunfo en la gobernación de Barinas el 9 de enero por parte del candidato opositor Sergio Garrido cambia el mapa simbólico de la diatriba interna venezolana.

Si bien casi no afecta el mapa político-territorial, en el que el partido de gobierno arrasó las regionales del 21 de noviembre con 19 de las 23 gobernaciones y 210 alcaldías de las 335, si cambia tremendamente la sensibilidad con la que las oposiciones y el gobierno se han sumado a un ambiente político, si se quiere, hospitalario. Por primera vez en muchos años.

Cuando hablamos de Barinas no nos referimos únicamente al pequeño estado del suroeste que cuenta con alrededor de 1 millón de habitantes qué, con este resultado, apenas modifica la cartografía política.

Sino también al territorio que ha sido bautizado por el oficialismo como la “cuna de la revolución” por ser el lugar de natalicio del fallecido líder y presidente Hugo Chávez, quien le convirtió en su feudo familiar en la medida que padre y hermanos ocuparon el cargo de gobernador durante los últimos 22 años en los que arrasaron en cada justa electoral.

Barinas, como epicentro del resto de estados llaneros, fue recreado por el líder para recuperar parajes históricos en lugares míticos, como la famosa batalla de Santa Inés de 1859, en la que las fuerzas populares vencieron de manera contundente al estamento militar conservador que gobernaba desde la muerte de Simón Bolívar. Con referencias directas, Chávez utilizó esta simbología en 2004 con el fin de reconocer la recolección de firmas de la oposición que permitía la realización de un referendo revocatorio, para luego cohesionar una mayoría y ganar electoralmente la disputa.

Barinas era la zona de confort del chavismo. Por eso costaba tanto entregarlo en las elecciones de noviembre al único candidato a gobernador exitoso de Voluntad Popular, el partido de la derecha radical donde milita Juan Guaidó y es dirigido por Leopoldo López.

Sergio Garrido fue candidato de la Mesa de la Unidad Democrática, la coalición de partidos tradicionales de oposición, pero logró el apoyo de partidos disidentes a ésta como el de Avanzada Progresista. Pertenece a Acción Democrática, el histórico partido de la socialdemocracia venezolana y terminó siendo candidato luego que el Tribunal Supremo de Justicia inhabilitara tanto a Freddy Superlano, el candidato ganador del 21 de noviembre, como a su esposa Aurora Silva quienes pertenecen al partido de derecha radical Voluntad Popular de Guaidó. Con resultados que dieron a Superlano una ventaja de menos de 1 por ciento sobre el candidato chavista en funciones, Argenis Chávez, el corte anuló el voto y ordenó una nueva elección para enero.

Parece evidente que el gobierno “tuteló” la entrega de la gobernación, en el sentido que decidió hacerlo con un candidato no tan radical como si lo era Superlano, quien había participado en los acontecimientos producidos por la oposición para derrocar a Maduro.

Perder Barinas ha sido un trago amargo para el chavismo todo, pero su nuevo gobernador fue rápidamente recibido en el palacio de Miraflores por el presidente Nicolás Maduro. El candidato derrotado, Jorge Arreaza, reconoció la derrota antes incluso que el Consejo Nacional Electoral anunciara los resultados finales, en el que la diferencia llegó a los 14 puntos.

Pero no es solo una cuestión simbólica sino también estratégica, puesto que en esta derrota se ha evidenciado la erosión que sufren las principales maniobras que se había planteado el oficialismo tanto para estas regionales como para las parlamentarias de 2020:  la alta abstención, la división opositora y la maquinaria político-electoral. Todas tres se han visto impotentes para parar el amplio triunfo opositor y desnudan las proyecciones hacia el gran hito que puede esperarse: las presidenciales de 2024, tomando en cuenta las pocas probabilidades de un referendo revocatorio.

En las regionales, la oposición toda, sumada de manera arbitraria, superó en unos 300 mil votos al partido de Gobierno. Y en Barinas, el lanzamiento de un candidato opositor disidente apenas consiguió el 1% de la votación lo que impidió de facto una división interna real. Son datos que hacen ver que la oposición, a raíz de su participación en los eventos (después de una inasistencia a estos desde 2017), puede superar los obstáculos jurídicos y políticos como son la inhabilitación de candidatos por el Tribunal Supremo de Justicia y también la línea abstencionista lanzada desde los potentes lobbies del sur de Florida que catalogan de “colaboracionista con el régimen” a quienes apuestan por la vía electoral.

Estos grupos radicalizados en torno al interinato de Juan Guaidó han preferido mantener un discurso dual en torno al evento: apoyan la victoria pero repiten que no hay condiciones para ir a comicios en las actuales condiciones. Sin embargo, su debilidad política, y ahora también internacional al perder el apoyo de la Unión Europea y muchos países de América Latina, hace imposible mantener un discurso que utilice el desconocimiento institucional como vía para la conquista del poder y la consecución de objetivos reales, más allá del manejo de los activos venezolanos confiscados en Estados Unidos, Inglaterra y Colombia. 

Entonces, la oposición radical es la que más pierde en Barinas porque el triunfo opositor ha sellado sus opciones propuestas los últimos años como son el golpe de estado y las intervenciones extranjeras que buscan siempre hacer tabla rasa con el chavismo, y criminalizarlo como actor político. Todas fracasadas una y otra vez y ahora, con un gobierno paralelo sin poder alguno, está obligado a cambiar su narrativa y replegarse hacia un diagrama electoral y democrático.

Mapa de resultados de las elecciones regionales de 2021 en Venezuela por partido político, con una estrella indicando Barinas (LuisZ9 / CC BY-SA 4.0)

Todos Saludan el Resultado

Solo en Barinas recibieron los resultados el reconocimiento de todos los actores, puesto que tanto Washington como varias fuerzas opositoras fueron reticentes en reconocer el resultado de las regionales del 21 de noviembre.

El gobierno de Estados Unidos ha felicitado al nuevo gobernador de Barinas, dejando de lado su desconocimiento al Consejo Nacional Electoral y el resto de las instituciones. El oficialismo, el candidato perdedor y la oposición radical, todos han estado de acuerdo con el resultado producido institucionalmente.

Algo disipados parecen haber quedado los malestares de la inhabilitación que hizo el Tribunal Supremo de Justicia a Freddy Superlano, el candidato opositor que ganó el 23 de noviembre, cuando dictaminó la repetición de los comicios en la entidad.

Esta convergencia coyuntural permite preguntarnos si hay un proceso de normalización política y estamos en presencia de un prelegómano para el futuro político de un país acostumbrado los últimos años a las grandes confrontaciones.

Pero sobre todo hace preguntarnos también por la política de la principal influencia del gobierno paralelo como es Washington quien le ha respaldado por un año más.

Si Washington continúa su posición pugnaz, es posible que se dificulte un proceso de regularización institucional. El gobierno seguirá atrincherado y sus sectores más radicales impedirán un desenlace que les arrincone. Ante la paralización de las negociaciones en México, luego de la extradición de Alex Saab, surge la pregunta si la gestión del presidente Joe Biden va a mantener la política de Trump sobre Venezuela de manera perenne o está esperando las elecciones de medio término de noviembre para terminar de dar el giro hacia una gestión demócrata, con todas las implicaciones del caso.

Mientras tanto, la sociedad venezolana espera un desenlace pacífico y apegado a su constitución.


Ociel Alí López es analista político, profesor de la Universidad Central de Venezuela y colaborador en diversos medios de Venezuela, América latina y Europa. Con su libro Dale más Gasolina fue ganador del premio municipal de literatura mención investigación social.

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