Desplazadxs y insegurxs: el éxodo venezolano y sus impactos

Desde una pérdida de talento hasta problemas de salud mental, la migración masiva de millones de venezolanos ha tenido impactos importantes dentro y fuera del país.

March 11, 2022

Venezolanxs caminan hacia Colombia después de salid de Venezuela y cruzar el Puente Simón Bolívar Bridge, April 3, 2019. (UNHCR / Vincent Tremeau)


Una versión de este texto fue publicado originalmente en el ejemplar de primavera 2022 del NACLA Report, nuestra revista trimestral.


Read this article in English.

La crisis migratoria venezolana suele compararse con la de Siria, aun cuando no se trata de una guerra civil. Con más de 6 millones de venezolanos en el exterior, el éxodo masivo ha sido calificado como un desplazamiento forzado a consecuencia de la emergencia humanitaria que afecta al país. El elevado número de emigrados en estos últimos años refleja no solamente el agravamiento de la situación interna, sino, además, la vulnerabilidad de una población que huye sin recursos ni preparación, enfrentando un destino incierto en una región hostil.

Sobre este tema conversamos con Yorelis Acosta, psicóloga clínica y social, jefa del área sociopolítica del Centro de Estudios del Desarrollo (CENDES) de la Universidad Central de Venezuela (UCV). Entre las líneas de investigación que viene desarrollando se encuentra el tema migratorio venezolano, aportando importantes elementos de análisis, desde las condiciones socioeconómicas hasta el perfil emocional de la migración venezolana. Este es sin duda un tema inquietante, difícil de manejar en el contexto de un debate político dominado por intereses de élites, que se traduce en el desamparo de un importante número de venezolanos que buscan sobrevivir a una catástrofe humana. El balance es sin duda abrumador, sin embargo, creemos que esta es una situación dinámica que no podemos desatender en el ámbito de las ciencias sociales. Nuestra conversación, que se realizó por Zoom, ha sido editada por su extensión y claridad.

MIPR: A grandes rasgos, Yorelis, pudieras hablarnos de la periodización de la migración venezolana, ¿podemos hablar de distintos detonadores en este caso?

YA: Sí. Siguiendo investigadores venezolanos que trabajan este fenómeno de la movilización o la migración venezolana desde hace décadas —me refiero a Iván de la Vega y Claudia Vargas de la USB, y Tomás Páez de la UCV—, sí se han identificado al menos tres etapas que marcan la evolución de este patrón de movilización de los venezolanos. Etapas que no son excluyentes como ellos mismos lo definen porque hay algunos puntos comunes.

Las características fundamentales de la movilización o éxodo en esta primera etapa que va desde los ‘80 hasta el 2000, es la fuga de profesionales altamente calificados donde encontramos científicos, técnicos, académicos. Luego una segunda etapa que comienza este siglo y finaliza en el 2013 donde también hay un éxodo de profesionales, técnicos, y jóvenes calificados. Y desde del 2014 hasta la actualidad podemos hablar de una migración mixta con el éxodo tanto de capital intelectual como de fuerza de trabajo.

En el caso de Venezuela, este proceso migratorio está directamente relacionado con factores negativos del contexto. La consecuencia mas directa en la sociedad es la perdida de poder adquisitivo, el desempleo, la inseguridad personal y jurídica. Comienza a configurarse en este siglo una idea, muy negativa para nosotros los venezolanos, para el país, de que “me tengo que ir del país” para mejorar mis condiciones de vida, para evitar la escasez y las colas, para adquirir alimentos, medicinas, insumos básicos y tener un mejor acceso a los servicios de salud, educación y alimentación.

En este siglo, el número de los venezolanos afuera es mucho mayor —hay muchísimas dificultades para identificar un número especifico de cuantos venezolanos y donde están—. Hay que resaltar aquí los resultados de la encuesta de condiciones de vida (ENCOVI), que es un esfuerzo que hacen académicos, investigadores de tres universidades del país por la opacidad o por la dificultad que existe para conseguir datos oficiales. Entonces investigadores de varias especialidades de la Universidad Simón Bolívar, Universidad Central de Venezuela y Universidad Católica Andrés Bello, suman sus esfuerzos para presentarnos desde el 2014 información que debería ser ofrecida de manera oficial.

En la última ENCOVI, 2021, uno de los resultados mas fuertes ha sido constatar el aumento de los niveles de pobreza de los venezolanos, el deterioro de los ingresos, la pérdida del empleo o el empeoramiento de las condiciones del empleo. Este informe reporta que 94,2 por ciento de los venezolanos experimentan algún tipo de inseguridad alimentaria y 24,5 por ciento experimentan hambre. La pobreza aumentó a un 94,5 porciento y la pobreza extrema a un 76,6 por ciento. Se nota en estos números el efecto de la pandemia porque si nosotros veníamos atravesando una crisis ya de larga data y sobre eso llegan los efectos de la pandemia, pues los resultados son realmente muy negativos para los venezolanos.

MIPR: Revisando los últimos datos de la encuesta que acabas de mencionar, de la ENCOVI 2021, podemos entonces hablar del carácter multivariable de la migración venezolana.

YA: Sin duda, el fenómeno de la migración es muy dinámico y el cambio en las características de la población que sale es importante. En las últimas dos décadas, han variado muchísimo. Ya señalé que en la primera etapa esta caracterización fue fundamentalmente de la salida de profesionales, y ahora siguen saliendo profesionales cada vez mas jóvenes. Me preocupa como psicóloga la aparición en el imaginario de los mas jóvenes de los que estudian, “quiero graduar para irme.” Eso es el sueño de los jóvenes en Venezuela. Empieza en esta década a configurarse esta idea: “Me gradúo y me voy.”

El Estado venezolano invirtió muchísimo en los profesionales, dando becas en la década de los ’70 y ‘80 cuando el sueño era “yo quiero una beca para formarme y volverme a trabajar a Venezuela.” Ahora, los jóvenes han dejado las universidades por la mitad, y han dejado los estudios. Y aquellos que se gradúan ni siquiera esperan su acto académico porque si son altamente calificados, ya están conectados a otros espacios y se los llevan.

En la primera etapa los venezolanos altamente calificados estaban muy bien ubicados en el exterior. Llevaban un plan de vida y muy posiblemente hasta una oferta de trabajo. En estos momentos las oportunidades son menores porque los espacios están saturados no solamente de venezolanos, sino que además hay una crisis económica que reduce las oportunidades de trabajo. Esa primera inmigración también debemos señalar que además tenía mas fuerza económica, mas fuerza de relaciones sociales y más fuerza emocional. Por tanto, ubicarse era mas fácil. Estos son tres elementos que afectan a la migración. Tener fuerza económica. Es decir, tu llevas tus ahorros para poder aguantar una primera etapa y empezar a hacer nuevas relaciones sociales y tienes también mas fuerza intelectual, tienes un plan de trabajo, tu has investigado sobre tu destino. Esa primera inmigración se ubica a trabajar en su área de competencia o en su área de estudios.

Eso no es así en esta última etapa donde te vas con tu título, pero sabes que vas a tener que pasar por otros oficios hasta poder ubicarte en tu trabajo si tienes esa suerte. En los últimos 10 años, este proceso ha ido desdibujando estas características de personas altamente calificadas con muchas relaciones a una población menos calificada, con menos relaciones, con menos formación, de un estrato socioeconómico menor. Si recordamos esa pirámide de la estructura social venezolana, pues perdimos la punta y luego se va sumando a la movilidad las clases media-alta, media y finalmente los más pobres, los más vulnerables se suman a esta inmigración.

Los mas vulnerables empiezan a irse a través de las fronteras como la colombo-venezolana, principalmente por la salida hacia el norte de Santander, el estado de Táchira. Los datos dicen que el 80 por ciento de los venezolanos están saliendo por ahí. Sale también el grupo que pretende llegar caminando a toda América Latina pero también clase media que toma autobús o que toma el avión para llegar a otro destino.

Lo ves en la observación que he hecho en la frontera como hay personas que van con un bolsito tricolor, y ese bolso tricolor para los venezolanos entendemos que tiene un significado particular. Ese es un bolso amarillo, azul y rojo como una mochila de espalda que se otorgó a los mas pobres y generalmente a los mas fieles al gobierno. Y se acompañaban con unos útiles escolares. Los mas pobres no tienen maleta, van con su bolsita tricolor. Y esos son los caminantes.

Colombia tiene muy bien estudiada la migración venezolana y saben entonces que hay una población que se va a quedar en sus calles; hay una población que va en tránsito y atraviesan el país; y hay un grupo pendular, que está en frontera y puede vivir en Venezuela y trabajar en Colombia. Esa es la movilidad pendular.

Hasta el año 2017, Estados Unidos figuraba como el primer destino de migración. Es un dato muy importante porque Venezuela que fue receptor de muchos destinos y en siglo pasado recibió portugueses, españoles, italianos en gran cantidad, esos todavía nos aparecen como los países de recepción, porque también hay una vuelta de los hijos de esos migrantes. Pero Estados Unidos se configuró hasta 2017 como el país de primer destino de migración. Y a partir de esa fecha, Colombia es la que toma el primer lugar como país receptor de migrantes venezolanos, seguido de Perú, Chile, Ecuador, Argentina y Panamá.

Familias venezolanas descansan cerca de un centro de la Cruz Roja en Cúcuta, Colombia después de salir de su país, el 3 de abril 2019. Algunxs viajan con una bolsa tricolor. (UNHCR / Vincent Tremeau)

MIPR: Tu has hecho un trabajo de campo en la frontera con Colombia y en Perú. De tu investigación además de tu experiencia directa con el trabajo de campo, como ves a futuro esta situación de la migración en Venezuela vista la proyección que hay sobre una mejora económica en el país. ¿Crees que va a ceder este fenómeno que cada vez que hay una crisis, cada vez que hay una elección, hay un pico de emigrados?

YA: Este último año, dos temas me han tenido muy ocupada académicamente. Uno, es monitorear por supuesto la frontera sobre todo la colombo-venezolana que es a la que se puede tener mas más acceso porque también hay que resaltar que muchas veces tu quieres desarrollar una gran investigación con muchos puntos de observación y muchas personas, pero no tienes todos los recursos para hacerlo. La academia venezolana atraviesa una crisis muy importante. En conjunto con dos profesores, de la UCAB, Andrés Cañizales, y de la UCV, Mariela Torrealba, pudimos desarrollar desde enero a julio 2021, un estudio sobre el comportamiento de las fronteras.  

En esta dimensión se vio el fenómeno del retorno. Se señala que hasta 130 mil venezolanos regresaron de Sudamérica caminando. Porque la pandemia trajo esta dimensión de recesión económica. América Latina tiene problemas, tiene sus propias dificultades. Todos los países tienen dificultades y la pandemia los hace evidente. Entonces tenemos venezolanos en toda Sudamérica que se quedan sin trabajo, que es una población todavía vulnerable, que es una población que está sin documentos. De hecho, una de las cosas que confirmamos este año y que se conforma a otros trabajos es cómo mas que un 100 porciento de los venezolanos que se van, no llevan un pasaporte, por ejemplo, y con eso ¿como entras a un país? Vas a entrar de manera ilegal y vas a estar trabajando de manera ilegal también. Los ponen en una situación de mucha vulnerabilidad y por eso también la dificultad de llevar un conteo de cuantos venezolanos están saliendo. Cuantos se están yendo por las trochas, cuantos se están yendo por los sitios formales.

También se dio en Venezuela un proceso de movilización interna, gente que estaba en provincia y busca las ciudades para encontrar un espacio de mejores condiciones de vida. Pero, al final terminan yéndose. Entonces se dio en Venezuela este proceso de movilización interna, luego de movilización externa. Lo cual reconfiguró la estructura de la sociedad y de la familia en Venezuela. Este año, aparece también como una motivación para irse la reagrupación familiar. Ya tenemos tantos años de movilización y hay tanta gente fuera que uno de los motivos es que el que se fue adelante termina llevándose a su hermano y vamos a encontrar familias que se están reagrupando.

MIPR: Algo adicional entonces a los impactos internos y externos que acabas de mencionar con respeto a los efectos económicos y sociales de la migración venezolana tanto en Venezuela, a lo interno, como en el resto de América Latina.

YA: Me gustaría señalar que cuando hablamos de los impactos de la migración venezolana está la pérdida de capital humano y de capital intelectual. Es una de nuestras grandes pérdidas en estos 20 años donde tenemos cerca de 100 mil profesionales que se han ido del país. Hay universidades donde un porcentaje importante de sus profesores se han ido, pero maestros también de clase media.

Esto trae no solamente la gran pérdida del capital intelectual venezolano, sino que a lo interno el deterioro de la educación venezolana, porque te quedaste sin maestros. Entonces hay unas políticas de formar gente muy rápido que nunca va a compensar la formación que tuvieron los profesionales en las décadas pasadas. Formar un doctor se estima que puedes estar entre 25 y 30 años, de la escuela primaria hasta terminar la residencia médica, sin contar con la inversión financiera que hace el Estado en esa formación. Recuperar ese capital intelectual va a costar, o formar nuevamente ese capital que perdimos. Se ha ido gente con capacidades especiales en investigación, en arte, en música, en deporte.

Los números mas conservadores de mediados de 2021 están hablando de 5.6 millones de venezolanos fuera, de los cuales 4.6 están en América Latina. En Sudamérica, Colombia tiene 1.7 millones de migrantes venezolanos, pero si le sumas los no censados, los que están entrando, los que van en tránsito, Colombia está sobre los 2 millones de venezolanos. Perú superó un millón de venezolanos. Chile tiene medio millón de venezolanos. Ecuador tiene medio millón de venezolanos. Brasil tiene 300 mil, Argentina 200 mil, República Dominicana, 120 mil.

Así que, estos países de América Latina, que ya tienen sus propios problemas, reciben una migración que tiene un impacto económico, tiene un impacto cultural, y tiene un impacto sin duda laboral. Así que en el impacto de recibir a los migrantes ha sido fundamental la pérdida para Venezuela y la presión que se puede ver en los países receptores en varias dimensiones.

MIPR: Quisiera que volviéramos a lo que mencionaste acerca de tu trabajo en el campo de la salud mental. Me gustaría que compartieras algunas de tus observaciones o resultados.

YA: Como te decía, son dos temas que me tienen muy ocupada este año. Uno, este comportamiento en la frontera sobre la migración, sobre las características del venezolano que se va. El otro es el tema de la salud mental, de los que aquí estamos y de los que se han ido. Recientemente en EE.UU. también salió un estudio donde uno de cada tres venezolanos tiene problemas de salud mental. ¿Cómo explicar eso? Se puede explicar perfectamente.

Vivir, solamente vivir en hiperinflación como hemos tenido nosotros en los últimos cinco años, una hiperinflación voraz que redujo el producto interno bruto en un 70 por ciento, por tanto, las condiciones, las oportunidades de trabajo son mucho menores, con un salario que pierde su capacidad de compra, eso te pone en una dinámica de sufrimiento que lesiona tu vida, tu tranquilidad. Los venezolanos se están yendo. Estos venezolanos de la última generación, los últimos 10 años, se están yendo con su sufrimiento de vivir en un país en crisis y además de sumarte lo propio de la migración.

En relación con la salud mental, el migrante se va con las peores emociones. Intentarlo todo por las buenas y tu salida es irte del país. Irte caminando, irte en autobús, o irte montado en un barquito como también hay otras salidas del país menos conocidas, incluso para nosotros mismos, como es toda una red incluso de ilegalidad que desplaza venezolanos desde las costas de Falcón hacia Curaçao e Aruba, o en Guïria llevándolos a Trinidad.

Entonces la salud mental del venezolano está muy lesionada. Hemos perdido mucha salud por tanto hemos ganado en enfermedades psicosociales, en preocupación como estado emocional fundamental, agotamiento físico, agotamiento mental. Si a eso se le suma esta situación de empobrecimiento y que es un porcentaje muy alto que no tiene para comer, hemos perdido incluso capacidad intelectual y capacidad física. Entonces esta dimensión psicosocial nos tiene que llamar la atención.

MIPR: ¿Debemos ver la migración venezolana exclusivamente como una consecuencia del deterioro de la democracia venezolana y del país? Porque estas hablando del contexto económico y social además de lo político.

YA: Bueno, no es solamente lo político. Son los aspectos económicos lo que considero son fundamentales, los aspectos psicosociales lo que debo señalar y dar soporte, explicaciones de cómo ayudar a nuestra gente, cómo trabajar la reparación del daño social vivido y generado por estos tiempos.

Creo que es muy pertinente preguntarnos para poder comprender cómo el país con las reservas mas altas de petróleo en el mundo y después de haber recibido unos ingresos que son los mas altos registrados en la histórica económica reciente que estemos atravesando una crisis como esta, que no es solo es una crisis económica ni política como tu lo señalas, hay un obvio deterioro del país en todos sus niveles.

Hay un colapso de estructuras del Estado, de la economía del bienestar de la sociedad que nos ha llevado los investigadores a definir este tiempo como una crisis humanitaria compleja. En Venezuela no hay guerra, no hay conflictos civiles. Pero hay un colapso de la vida misma que nos lleva entonces a registrar severas violaciones de derechos humanos, graves amenazas a la vida si te quedas acá, si no tienes un trabajo que te pueda proveer de tus necesidades fundamentales. Hay personas que se han visto obligadas a irse. Es un país que empuja a muchos a buscar un destino mejor. Y en este destino mejor, tal vez no están encontrando un futuro mejor. Es una emergencia compleja, una crisis humanitaria compleja.


Maria Isabel Puerta Riera  es politóloga, profesora de Ciencia Política en Valencia College, EE.UU. Fue profesora asociada de la Universidad de Carabobo, Venezuela. (2000-2018).

Yorelis Acosta es psicóloga clínica y social y jefa del área sociopolítica del Centro de Estudios del Desarrollo (CENDES) de la Universidad Central de Venezuela.

Like this article? Support our work. Donate now.